Big Data en política: la ciencia detrás de las victorias electorales
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR).
Las elecciones en Ecuador están entrando en una nueva era. Mientras los mítines y la propaganda tradicional siguen siendo clave, los candidatos ahora cuentan con un arma más poderosa: el Big Data. A medida que el país se acerca a sus próximos comicios, los equipos de campaña están aprovechando el análisis de datos para identificar votantes clave, personalizar mensajes y movilizar electores de manera más efectiva.
El uso significativo del Big Data en política comenzó con la campaña presidencial de Barack Obama en 2012, cuando se emplearon análisis avanzados para segmentar audiencias y dirigir mensajes específicos. Desde entonces, su uso ha crecido exponencialmente, con campañas como la de Donald Trump en 2016, que utilizó datos de redes sociales para microsegmentar votantes y dirigir anuncios personalizados en estados clave.
Actualmente, los datos más valiosos para las campañas incluyen información demográfica, preferencias de voto, comportamiento en redes sociales e intereses individuales. Estos datos se recopilan a través de encuestas, redes sociales y análisis de interacciones en plataformas digitales.
Sin embargo, el uso del Big Data en campañas electorales plantea desafíos éticos significativos, especialmente en relación con la privacidad de los datos personales y el riesgo de manipulación del electorado. En Ecuador, la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales, en vigor desde 2021, establece principios de consentimiento, transparencia y uso responsable de la información recolectada.
Aunque el uso de Big Data aún es incipiente en el país en comparación con Brasil o México, las campañas políticas han comenzado a adoptar estrategias digitales basadas en la segmentación de audiencias y el análisis de tendencias en redes sociales, Plataformas como Facebook, Instagram, WhatsApp y TikTok están siendo utilizadas para dirigir mensajes específicos.
El futuro del voto en Ecuador está cambiando y, aunque aún hay camino por recorrer, una cosa es clara: quien controle mejor los datos, tendrá la ventaja en las urnas. Además la adopción responsable de estas tecnologías puede fortalecer la democracia y mejorar la conexión entre candidatos y ciudadanos.