¿Qué tipo de presidente quiere el pueblo?
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
Es la pregunta más importante del momento, pero también la más confusa, porque la respuesta se enreda entre la imagen poco creíble de los aspirantes y los deslucidos valores de cada Gobierno de turno. Tal vez sea necesario reconocer primero lo que no se quiere en los candidatos, esas características chocantes que esperamos no ver reflejadas en el futuro Presidente.
Lo más preocupante es la falta de sinceridad; esas promesas que ya en el poder olvidan descaradamente:
“Terminaremos con la pobreza de nuestro pueblo”; pero le exigen sacrificios económicos que el Gobierno ni intenta compartir, desdeñando la cacareada corresponsabilidad.
“Crearemos empleo digno para los ecuatorianos”; y hostigan a la empresa privada satanizando el buen desempeño empresarial, castigando con aportaciones extras a quienes pecan de eficientes; promoviendo el miedo al éxito y desalentando el ímpetu de crecer y generar empleo.
“El sector agropecuario será prioritario”; sin embargo entrega la responsabilidad a un ministro que solo conoce el nicho productivo de su negocio personal y familiar; sin sospechar siquiera que también existe la producción para consumo interno, representada por pequeños productores pertenecientes al sector más relegado y sensible de la población.
“Somos un Gobierno abierto, con oportunidades para todos” Pero hacen alarde de una obsesiva preferencia por la juventud, que no solo es discriminatorio sino también ofensivo.
El pueblo ya no soporta promesas fútiles; no quiere sueños ni poesía; no más bravuconadas. El pueblo quiere un Presidente ecuánime, serio, respetuoso, que no solo parezca Presidente sino que se comporte como uno. Que no mezcle sus problemas personales con las responsabilidades presidenciales; que no sea condescendiente por aparentar imagen; que muestre menos soberbia en sus decisiones.
Necesitamos un Presidente estadista, fuerte pero sensible, sabio pero no engreído, humilde para aceptar que no lo sabe todo, decidido a corregir viejos errores y no solo señalar culpables. Necesitamos un presidente sensato, con experiencia, con historia, con probidad, y un equipo técnico de calidad a su lado. Esperamos que aparezca… lo merecemos.
Será ése Presidente Rafael Correa?.
Soy un Adulto Mayor y le apuesto a la juventud. La vieja PARTIDOCRACIA mal cliente a formol debe desaparecer.