La migración es uno de los procesos más antiguos en la historia de la humanidad. Durante años, millones de personas se han desplazado por el mundo en busca de nuevos lugares donde asentarse, poblando y llenando de vida nuevas regiones. La migración enriquece nuestra vida y contribuye al desarrollo económico y social de las comunidades de destino.
Según datos de las Naciones Unidas, en 2020 había en el mundo alrededor de 281 millones de personas migrantes, lo que representaba un 3.6% de la población, más del doble de la población migrante de 1990. Más allá de un fenómeno de movilidad, la migración es un derecho humano reconocido por el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que subraya que:
- Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
- Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Además, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM) establece 23 objetivos para la acción de los Estados, reforzados por compromisos específicos, que pretenden abordar los retos relacionados con la migración actual. En esta línea, en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), trabajamos para apoyar a los países para que puedan transformar los procesos migratorios en América Latina y el Caribe como una oportunidad para potenciar su desarrollo.
Tendencias en migración en América Latina y el Caribe
Como detalla nuestra publicación Flujos migratorios en América Latina y el Caribe: estadísticas de permisos para los migrantes, hemos pasado de ser una región de emigración, donde históricamente la mayoría de las personas se desplazaba hacia Europa o hacia los países de Norte América, a una región de flujos migratorios internos mucho más complejos. Estos son algunos de los principales flujos migratorios actuales en América Latina y el Caribe:
- La crisis en Venezuela ha desatado uno de los principales desplazamientos humanos del mundo. A junio de 2023 7,3 millones de personas habían abandonado el país y 6,1 millones de migrantes venezolanos residían en otros países de América Latina y el Caribe, con 2,5 millones de migrantes venezolanos viviendo en Colombia, 1,5 millones en Perú y 500 mil en Perú.
- Desde el terremoto de 2010, más de un millón de haitianos han abandonado su país, algunos se han asentado en países limítrofes como República Dominicana, mientras otros lo hicieron en países como Chile, Estados Unidos o Canadá. Muchos de ellos, luego de varios años en esos países, volvieron a migrar hacia otros países en busca de nuevas oportunidades.
- Estos nuevos flujos migratorios en América Latina y el Caribe generan retos particulares en algunos países, por ejemplo, el Tapón del Darién se ha convertido en un punto clave para los flujos migratorios de la región y sólo en 2022 más de 200 mil personas intentaron atravesar la selva que separa Colombia con Panamá con el objetivo de llegar hacia Norteamérica. El cruce del Darién es peligroso por las características de la selva, pero también por la presencia de bandas delictivas que atacan y se aprovechan de las personas migrantes.
- En el Caribe las diásporas son cada vez más relevantes. En países como Jamaica o Guyana los ciudadanos que viven en el exterior representan el (38%) y (56%) de la población del país y son una parte fundamental de sus economías, fundamentalmente gracias a los envíos de remesas.
La migración como una oportunidad de desarrollo para América Latina y el Caribe
El nuevo escenario migratorio en América latina y el Caribe presenta retos importantes a los países de origen, de tránsito y de acogida, pero, con las políticas y los recursos adecuados la migración puede ser una enorme oportunidad para el desarrollo de los países de nuestra región.
En muchos países de América Latina y el Caribe los migrantes cuentan con edades, capacidades y talentos que les permiten contribuir al desarrollo de las economías locales y de esta manera promover su bienestar y el de las comunidades de acogida. Según un informe del FMI, la migración venezolana podría haber contribuido entre 0.1 y 0.25% al crecimiento económico de los principales países de acogida entre 2017 y 2022. En el Caribe, por ejemplo, las diásporas son un motor de las economías de muchos países.
La mayoría de las personas migra en busca de nuevas y mejores oportunidades económicas y esto impacta directamente los envíos de remesas hacia América Latina y el Caribe. Desde hace casi 20 años el envío de estas hacia la región se mantiene en aumento alcanzando un monto, tan sólo en el 2022, de alrededor de $142 millones dólares. Te invitamos a explorar los datos sobre remesas hacia América Latina y el Caribe en 2022.
Como lo demuestran los estudios del BID, el mejor camino para capitalizar las oportunidades que acarrea el fenómeno migratorio es la regularización. Un ejemplo de esto, a nivel regional, es el Permiso Especial de Permanencia (PEP) en Colombia. El PEP impactó la vida de miles de migrantes irregulares venezolanos, quienes mejoraron su calidad de vida al contar con mejores condiciones laborales y ampliar su acceso a servicios provistos por el Estado.
Percepciones sobre la migración en América Latina y el Caribe
Es común que la llegada masiva de migrantes genere temores y prejuicios en los países de acogida. Los datos de nuestro Laboratorio de percepción ciudadana y migración muestran que después de una muy generosa respuesta de parte de los gobiernos y los ciudadanos de nuestra región, la percepción sobre la migración se está deteriorando en América Latina, lo que lamentablemente se ha traducido en un aumento de la xenofobia; esos números generales, sin embargo, esconden ciertos matices. En redes, por ejemplo, la mayoría de las conversaciones manifiestan un sentimiento neutral al respecto. Asimismo, hay ciertos temas dentro del fenómeno migratorio que dividen la percepción de las personas, quienes pueden sentirse con más apertura hacia tópicos como acceso a servicios y permanencia en el país, a la vez que están sigilosos en lo que respecta al impacto de la migración en la seguridad y el empleo.
La buena noticia es que se puede hacer algo al respecto. Un estudio entre el BID y el PNUD, que incluyó a 22,000 personas en Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú, República Dominicana y Trinidad y Tobago, logró demostrar que es posible mejorar la percepción de las personas hacia la migración y contribuir a derribar prejuicios asociados a las personas migrantes.
Para entender mejor la metodología detrás de este estudio, sus resultados y su impacto por país, se puede leer la publicación “Un mundo mejor para la población migrante en América Latina y el Caribe”.
A través de recursos reembolsables y no reembolsables, la generación de conocimiento y la asistencia técnica a los países, la Unidad de Migración del BID apoya a la región de América Latina y el Caribe en construir las condiciones necesarias para que la migración pueda ser un motor para el desarrollo social y económico. Esperamos que este artículo sea de utilidad para aquellos que recién se acercan al tema, así como para quienes busquen profundizar en él por medio de los recursos que aquí se han ofrecido.
Fuente: BID