Ya es hora de una actualización en la atención de la salud en América Latina y el Caribe. ¿Hay inversiones en salud digital que los gobiernos puedan hacer hoy para limitar el crecimiento de las enfermedades no transmisibles y ponerlos al mismo tiempo en el camino de una transformación digital sostenible? Quizás estés leyendo este blog en tu smartphone, y quizás sepas que tu app store está repleta de opciones que prometen soluciones. ¿Te ha recetado alguna de ellas algún proveedor de salud?
En algunas publicaciones recientes hemos comentado que la transformación digital exitosa del sector de la salud requerirá de una inversión consciente en los cimientos digitales, estrategias digitales bien pensadas y tiempo para conseguir los resultados deseados. Mientras tanto, los sistemas de salud y los ciudadanos enfrentan una creciente carga de enfermedades no transmisibles (ENT) y los sistemas no dan abasto. Algunas estimaciones muestran que en veinte años la región tendrá nada menos que siete veces más personas con diabetes que en el año 2000. Si las intervenciones digitales pudieran prevenir tan sólo 5% de estos casos hacia 2030, la región podría evitar pérdidas económicas por US$7.000 millones. En 2019, la región perdió el equivalente a más de dos millones de trabajadores a causa de la depresión. Esto podría deberse a factores como el ausentismo, presentismo (cuando una persona está físicamente presente en el trabajo pero sin ser completamente productivo – “quiet quitting” en inglés) o que directamente las personas salgan del mercado laboral. Y aunque desde la pandemia la salud mental se ha vuelto una prioridad en muchos países, la mayoría de ellos no tienen suficientes proveedores para satisfacer la demanda, especialmente en áreas rurales.
En una publicación reciente, Tiempo de actualizar: cómo las intervenciones digitales pueden mejorar el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, nos enfocamos en aplicaciones de salud digital rápidamente desplegables que han mostrado efectividad para reducir algunas de las principales cargas de enfermedad de la región: depresión, diabetes y enfermedades cardiovasculares. A continuación presentamos nuestros principales aprendizajes.
1. Hay evidencia de que las aplicaciones digitales pueden ayudar a enfrentar las enfermedades no transmisibles y la salud mental
No es siempre fácil darse cuenta si tú o alguien que conoces está sufriendo de depresión o ansiedad. Las herramientas digitales de tamizaje pueden ayudar a los proveedores y a las propias personas a identificar síntomas, permitiendo una detección y un tratamiento tempranos. Esto es especialmente importante en contextos de atención primaria o comunitaria de la salud, donde puede no haber disponibilidad de personal especializado como psiquiatras o terapeutas. Unos cuestionarios simples pueden ayudar a proveedores de salud en el nivel primario a identificar correctamente y derivar a los pacientes a especialistas.
Afortunadamente, hay evidencia clara de que la salud digital puede apoyar varios desafíos que enfrentan pacientes y proveedores para detectar, prevenir y manejar enfermedades no transmisibles y mejorar la salud y el bienestar mental. Por ejemplo, hay herramientas digitales que pueden facilitar la obtención de tratamiento y el aprendizaje para cuidarse a uno mismo. Alguien que sufre de depresión puede hablar con un terapeuta por teléfono o por la computadora, lo cual puede ser igual de útil que hablar con ellos en persona pero a un costo menor debido a ahorros de tiempo y de transporte. Las herramientas digitales también pueden ayudar a las personas a aprender sobre su salud, a ejercitarse más y comer de manera más saludables, lo cual puede prevenir problemas como la diabetes y la enfermedad cardíaca.
Muchos estudios han analizado los efectos de intervenciones conductuales mejoradas digitalmente para pacientes con riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares, y la evidencia muestra que pueden ser efectivas para reducir el peso y los niveles de glucosa y para mejorar la dieta y aumentar la actividad física. La integración de este tipo de intervenciones a las plataformas de atención primaria de la salud y a los modelos integrados de atención de enfermedades crónicas puede mejorar el acceso, la calidad y la eficiencia.
2. Las intervenciones basadas en evidencia son costo-efectivas en el contexto de América Latina y el Caribe
Una vez que se ha comprobado que las intervenciones son efectivas, es importante entender si son costo-efectivas para llevarlas a escala. Para entender mejor los costos y beneficios para la sociedad exploramos diferentes escenarios en cuatro países sobre depresión y diabetes, comparando los costos de implementación y los costos para los pacientes con los beneficios de salud y los ahorros para el sistema de salud. Por ejemplo, comparamos en Perú terapia brindada digitalmente por teléfono y por herramientas basadas en internet (iCBT) con atención presencial con 70 terapeutas. Todas las modalidades proporcionaron valor para sociedad, ya que sus beneficios compensaban con creces los costos. La utilización de herramientas basadas en internet como iCBT pueden ayudar a que más personas obtengan la terapia que necesitan. De hecho, estimamos que por cada dólar invertido en este tipo de terapia la sociedad recibía beneficios por… ¡15 dólares!
3. Los países de la región deben prepararse para terapéuticas digitales e invertir en aplicaciones con visiones centradas en el paciente para cosechar más resultados
Aunque hay una creciente cantidad de evidencia sobre intervenciones digitales para ENT y salud y bienestar mental, no todas las apps son iguales. ¿Cómo pueden saber los gobiernos y los pacientes cuáles apps son legítimas y logran mejoras clínicas comprobadas? Algunos países requieren certificaciones de las intervenciones de salud digitales, regulando el software como dispositivo médico o a través de terapéutica digital, que busca proporcionar intervenciones médicas directamente a los pacientes utilizando software basado en evidencia, evaluado clínicamente, para tratar, manejar y prevenir un amplio espectro de enfermedades y desórdenes, incluyendo ENT (Digital Therapeutics Alliance, 2019).
El Blog del Futurista Médico comenta cómo Alemania está regulando e introduciendo al sistema de salud apps digitales, y señala que a diferencia de las apps convencionales de “estilo de vida y bienestar”, las aplicaciones médicas son tratadas como dispositivos médicos para ciertas categorías de riesgo, y deben someterse a un riguroso proceso de certificación para entrar al mercado. Sin embargo, en la región carecemos de regulaciones para la terapéutica digital, que son importantes para apoyar el despliegue seguro y efectivo de intervenciones de salud digital.
Mientras mejoran los cimientos de su salud digital y de sus modelos de atención de enfermedades crónicas, los países deberían tener en cuenta acciones que pueden tomar hoy para aprovechar las herramientas digitales para expandir la productividad laboral, abordar factores de riesgo, mejorar el acceso a servicios y potenciar el auto-cuidado entre los pacientes usando soluciones basadas en evidencia y costo-efectivas.
¿Quieres saber más? Este documento se basa en el capítulo del informe microeconómico del BID sobre salud: Digitalizar los servicios públicos Oportunidades para América Latina y el Caribe. Puedes descargar el informe completo aquí y el capítulo de salud aquí.
Fuente: BID