Estadísticas de salud mundial 2022
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
La Organización Mundial de la Salud ha publicado su último conjunto completo de Estadísticas sanitarias mundiales hasta 2020, el primer año de la pandemia de COVID-19, que provocó un exceso de muertes estimado en 4,5 millones ese año.
Las estadísticas revelan hasta qué punto la pandemia ha estado afectando los sistemas de salud en todo el mundo, en algunos casos restringiendo severamente el acceso a servicios vitales. Es probable que estas interrupciones retrasen el progreso global tanto en la esperanza de vida como en la esperanza de vida saludable logrado en los primeros 20 años del siglo.
La esperanza de vida global al nacer aumentó de 66,8 años en 2000 a 73,3 años en 2019, y la esperanza de vida saludable aumentó de 58,3 años a 63,7 años. Esto se debió en gran medida a los avances en la salud materno infantil ya las importantes inversiones y mejoras en los programas de enfermedades transmisibles, como el VIH, la tuberculosis y la malaria. Pero los datos de 2020 muestran cómo las interrupciones del servicio contribuyeron a un aumento de las muertes por tuberculosis y malaria entre 2019 y 2020.
Antes de la pandemia, también había habido tendencias alentadoras a nivel mundial en la reducción del retraso en el crecimiento infantil, el consumo de alcohol y tabaco, así como en un mayor acceso a agua potable gestionada de forma segura, saneamiento gestionado de forma segura, higiene básica y combustibles y tecnologías limpios para Cocinando.
Estos avances se vieron respaldados en parte por una duplicación del gasto mundial en salud entre 2000 y 2019, alcanzando el 9,8% del producto interno bruto mundial. Pero aproximadamente el 80% de ese gasto se produjo en países de ingresos altos, y la mayor parte (alrededor del 70%) provino de los presupuestos gubernamentales. En los países de bajos ingresos, el gasto de bolsillo fue la principal fuente de gasto en salud (44 %), seguida de la ayuda externa (29 %).
Si bien la cobertura de servicios ha mejorado en los últimos 20 años, el gasto catastrófico en salud ha empeorado. Con la actual recesión económica mundial y los sistemas de salud luchando por brindar continuidad de los servicios de salud, es probable que la pandemia de COVID-19 detenga el progreso logrado en la cobertura de servicios y empeore aún más la protección financiera a nivel mundial. Esto se debe a que algunas personas no pueden acceder a la atención en absoluto porque no pueden pagarla. Además, entre aquellos que buscan y obtienen servicios, existe un mayor riesgo de enfrentar dificultades financieras debido al gasto de bolsillo en salud que antes de la pandemia.
Al mismo tiempo, la falta crónica de reconocimiento del papel central de la atención primaria de la salud y de financiación adecuada de elementos clave como el personal sanitario ralentizó la eficacia de la respuesta a la COVID-19 y provocó interrupciones en la atención de rutina que amenazan con poner en peligro aún más la capacidad de los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la salud de 2030.
Fuente: OMS