Migración de centroamericanos se quintuplicó en el 2021
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Un nuevo informe multiagencial revela que durante el último lustro los migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras gastaron anualmente unos 2200 millones de dólares en diferentes canales migración, la mayoría vías irregulares. El programa de alimentos de la ONU prepara un plan quinquenal para atender a ocho millones de centroamericanos.
El deseo de los habitantes de Guatemala, El Salvador y Honduras de emigrar a otro país, principalmente a Estados Unidos, se multiplicó por cinco durante el primer trimestre de este año en comparación con 2019, destaca un nuevo informe* de varias organizaciones en el que participó el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.
Sin embargo, el análisis revela que es difícil que esta aspiración, manifestada en el 43% de los hogares entrevistados, se materialice ya que únicamente el 6% de las personas encuestadas estaba planeando convertir ese anhelo en realidad, y sólo el 3% manifestó contar con preparativos concretos para abandonar su país.
También cabe resaltar que las personas que sufrían inseguridad alimentaria tenían una tendencia mayor (23%) a efectuar preparativos concretos para migrar que las que no se encontraban en esta situación (7%).
A diferencia de estudios previos donde las familias con mayores recursos tenían más probabilidad de migrar, el actual concluyó que tanto las personas de hogares con menores niveles de ingresos como los de rentas medias y altas tenían las mismas posibilidades de abandonar el país.
Los principales elementos disuasorios para migrar fueron evitar la separación familiar, la percepción de seguridad en Guatemala y Honduras, y un notable sentido de pertenencia y arraigo en El Salvador.
El PMA atenderá a ocho millones de centroamericanos en el próximo lustro
Durante la presentación vía telemática del informe, el director ejecutivo del PMA indicó que el organismo está elaborando un plan quinquenal como continuación de su trabajo en Centroamérica.
“Así, en los próximos cinco años, tenemos previsto pasar de atender a 1,8 millones de personas a ocho millones. Vamos a ofrecer un amplio abanico de programas que incluyen comidas escolares, empleo, apoyo a los medios de subsistencia, nutrición y formación de activos, planes y transferencias de efectivo. Un enfoque integral”, explicó.
David Beasley cifró en 1700 millones de dólares el coste de este ambicioso programa. Los recursos se repartirán a lo largo del lustro.
“Esto puede parecer mucho dinero, y lo es, pero compárenlo, por ejemplo, con un dato que se publicó en el Washington Post, según el cual al gobierno de Estados Unidos le cuesta sesenta millones de dólares por semana albergar a 16.000 niños migrantes en refugios. Hagan las cuentas. Eso es 3000 millones de dólares al año”, razonó.
El objetivo primordial de migrar es encontrar trabajo
Aunque históricamente los principales motivos para migrar fueron la violencia, la inseguridad y los desastres naturales, el informe da cuenta de un giro en este aspecto e indica que la razón fundamental para abandonar el país fue económica.
El estudio señala que la mayoría de los migrantes recurrieron a canales irregulares para dejar su país, y que un tercio de ellos regresó a su lugar de origen de manera voluntaria o involuntaria.
Más de la mitad (55%) viajaron de forma irregular y contrataron a un traficante o “coyote” con un costo medio de 7500 dólares por persona, casi la cuarta parte viajó de manera irregular por su cuenta o en una caravana, y alrededor de una quinta parte usó vías de migración regular. La migración mediante vías legales tuvo un costo promedio de 4500 dólares.
Casi nueve de cada diez personas indicaron que su destino final era Estados Unidos, pero en el momento en que se realizó la encuesta únicamente el 57% había alcanzado su destinación y residía en la nación deseada inicialmente. El 33% regresó a su país de origen ya fuera de modo voluntario o involuntario.
Se disparan los gastos de la migración irregular
El informe estima que durante los últimos cinco años los migrantes de las tres naciones centroamericanas se gastaron anualmente unos 2200 millones de dólares en diferentes canales migración; la mayoría de este monto, unos 2000 millones, en desplazamientos irregulares.
Cerca de tres de cada diez familias recibieron remesas provenientes del exterior regularmente. Los hogares guatemaltecos recibían un promedio de 350 dólares al mes, en tanto que las familias hondureñas ingresaban unos 170 dólares, y las salvadoreñas, 150 dólares.
Recomendaciones del informe
El documento presenta a los gobiernos un plan para abordar las causas fundamentales que impulsan a las personas centroamericanas a migrar e incluye iniciativas vinculadas a la recuperación económica, los medios de vida y la seguridad alimentaria para las personas con más probabilidades de migrar de forma irregular.
- Ampliar los programas nacionales de protección social y estimular las inversiones para aumentar las oportunidades económicas, erradicar el hambre y aliviar la pobreza de las poblaciones en riesgo de El Salvador, Guatemala y Honduras
- Adaptar las iniciativas de desarrollo económico e inversión ya iniciadas a las necesidades municipales, con sólidos parámetros de monitoreo y de evaluación
- Crear incentivos y oportunidades para que las diásporas inviertan en el desarrollo de las comunidades locales y se conviertan en agentes de cambio en su país de origen o ascendencia
- Incorporar programas e iniciativas que pongan de relieve las condiciones positivas que dan a la gente la opción de buscar oportunidades en su país
- Ampliar las vías legales para los centroamericanos interesados en migrar a Estados Unidos y a otros países de destino a fin de reorientar la migración irregular a canales regulares.
*El estudio elaborado por el Migration Policy Institute, el Programa Mundial de Alimentos y el Civic Data Design Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de los Estados Americanos, contó con la participación de 5000 familias encuestadas en doce departamentos de las tres naciones centroamericanas y se complementó con la participación de 6000 personas que respondieron a una encuesta en línea.