Sin esperanza……
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
La asignación económica que se establece en el Presupuesto General del Estado a favor del sector agropecuario, aniquila la escuálida ilusión de que el gobierno finalmente decidiera rehabilitarlo, pero además significa que se faltó a la palabra empeñada a los pequeños productores de costa, sierra y oriente, a quienes se les prometió trabajar por su rescate y resarcimiento.
Y es que el Presupuesto General del Estado revela la tendencia y el direccionamiento de las futuras acciones de los gobiernos, puesto que las asignaciones dan la pista para interpretar la importancia que se le concede a cada sector, y por tanto la atención que se pondrá en ellos para rehabilitarlos, desarrollarlos, o ignorarlos, según sea el caso.
El Presupuesto General del Estado dispone una asignación de 154,7 millones, que apenas redondea el 0.1 % del Producto Interno Bruto, y además otorgando un total de 14 millones menos que el año 2021. Con el antecedente de la grave crisis que abate al sector agropecuario, y la decisión de disminuir la asignación para el sector, la única lectura posible es que al gobierno no le parece necesaria ni urgente su rehabilitación, ni siquiera para honrar las promesas de salvataje y justicia con que se entusiasmó al campesinado.
Parece no importar que el sector agropecuario genere para el Producto Interno Bruto, algo más del 70 % de los ingresos no petroleros, y que sus diversas actividades productivas generen empleo y oportunidades laborales a las dos terceras partes de la población económicamente activa del Ecuador. Es en verdad incomprensible el menosprecio por un sector que podría ser la base para reactivar la economía nacional, y además disminuir radicalmente el nivel de desempleo que tanto agobia a nuestro pueblo.
El sector agropecuario necesita una asignación muy superior que la presentada, pues debería solventar la corrección de la problemática más acuciante, como los graves problemas de la comercialización derivados de un sostenido deterioro en los niveles de productividad, y agudizados por una anacrónica política de financiamiento; hechos que traen como consecuencia el incremento de los costos de producción y merma en la competitividad. Esta situación se agrava a niveles de crisis en la producción para consumo interno, porque este subsector ha perdido también la rentabilidad y está provocando una crisis económica, laboral y social, cuyas consecuencias podrían ser desastrosas.
Ya sin esperanza solo queda frustración y desconsuelo. Seguir esperando por un presidente que entienda la problemática agropecuaria; un presidente que comprenda que la rehabilitación de este sector induciría la reactivación del aparato productivo nacional; un presidente fuerte pero sin ínfulas de superioridad; un presidente con el mismo nivel de grandeza que de humildad; un presidente con inteligencia y altruismo por encima de intereses personales. En definitiva, alguien que sea más auténtico que presidente, y eso……Tal vez sea una utopía.
Saludos amigo querido Gonzalo Gomez considero acertado su comentario no se visualiza que por parte del Estado haga el esfuerzo necesario para salvar al sector productivo Agropecuario ya sabemos quienes somos y que tan grande esfuerzo realizamos para producir a pérdida, el Gobierno no tiene ninguna intención de ayudar a los pequeños productores a que tengamos un mercado y precios justos, por lo que creo que no nos queda más que seguir produciendo y demostrar que una vez más que sólo somos visualizado en tiempos de campañas politiqueras y agreguemos algo más que esa poca asignación se quedará en manos de inescrupulosos funcionarios que por costumbre siempre se llebaran la mayor parte. SALUDOS.