Otra vez rumores de cambio

REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)

Ing. agropecuario Gonzalo Gómez, experto en temas agrarios. Mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com

Es realmente decepcionante la forma en que el gobierno pierde tiempo valioso en la designación de sus colaboradores, especialmente de sus ministros de estado, quienes entre despidos abruptos y renuncias inexplicables crean en la ciudadanía un ambiente de inseguridad y desconfianza, porque si el presidente no puede calificar y escoger correctamente su equipo de trabajo, es difícil esperar resultados halagadores de las acciones del gobierno, al menos en las carteras afectadas.

 Debemos recordar que el presidente batalló en tres elecciones consecutivas, por más de doce años, lo que significa que tuvo todo este tiempo para elegir su equipo de trabajo, por lo menos los elementos más cercanos e importantes para gobernar, que son los ministros de estado constituidos  como asesores del presidente.  Lo lógico era esperar que en todos esos años hubiese podido preparar un programa de gobierno basado en la situación real del país, conociendo las falencias, los errores, las virtudes, las necesidades, las capacidades, las limitaciones y sus potencialidades,  para que cada ministro se encargara de manejar el sector que le fuere confiado, ya que el presidente los eligió, o debió hacerlo, conociendo su capacidad, su experticia, su competencia, su experiencia y su probidad.

 Lastimosamente no fue así y hemos sido testigos de la remoción y sustitución de demasiados ministros para tan corto tiempo.  Lo peor es que como tantas otras veces, este problema se ensaña nuevamente en el Ministerio de Agricultura, pues el primer despropósito del presidente fue nombrar a una profesional en Turismo y Hotelería, que por supuesto no pudo solventar una responsabilidad para la que no estaba preparada.  La reemplazó entonces con un profesional agropecuario con preparación y experiencia, pero sin el conocimiento particular de nuestro medio, y como no organizó un equipo técnico que lo acompañara y cubriera sus espacios débiles, no ha podido plantear siquiera una propuesta de trabajo para batallar con la problemática del sector.    

 Ahora vuelven los rumores de un nuevo cambio en este ministerio, pero no es la mejor idea pues el tiempo apremia y ya hemos perdido demasiado.  Con un equipo de trabajo calificado por experticia y experiencia, el mismo ministro podría sacar adelante la necesaria reactivación del sector, y además organizar la solución al problema inmediato de la comercialización.

  Pero señor presidente, ya sea un nuevo ministro o un equipo de trabajo que lo acompañe, tómese un tiempo para evaluar profesionales que cubran el perfil necesario, y convoque a unos cinco, siete u ocho de ellos para que le expongan sus planes y propuestas para la rehabilitación agropecuaria.  De esta manera usted podrá valorar quién está mejor preparado y con mayor idoneidad para el cargo.  Pero por favor señor presidente, ¡No más experimentos! ¡No más improvisación! ¡No más levedad! El sector agropecuario de la producción para consumo interno está en grave riesgo, y con él una inmensa población campesina que sucumbiría en una crisis económica y social de consecuencias desastrosas; por lo que más quiera ¡no permita que suceda!