Los 5 retos de COVAX ¿en verdad podemos vacunar al mundo?
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Dos mil millones de dosis de vacunas deben llegar a los brazos de 1/4 de la población de los países más pobres. ¿Qué otros retos hay?
Hablando de los 5 retos de COVAX, es importante mencionar que las vacunas son una parte fundamental de la solución para acabar con la pandemia de COVID-19 y, desde las primeras fases de la crisis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha defendido la necesidad de adoptar un enfoque coordinado para garantizar que todas las personas y no solo las que viven en los países ricos, reciban una protección adecuada contra el virus, ya que se ha extendido rápidamente por todo el mundo.
De esta preocupación surgió el Mecanismo Mundial COVAX, la única iniciativa mundial que está trabajando con los gobiernos y los fabricantes para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 estén disponibles en todo el mundo, tanto para los países con mayores ingresos como para los de menores. He aquí 5 retos de COVAX y cómo pueden superarse.
Los 5 retos de COVAX
1. El control de las exportaciones: ¿el eslabón más débil?
Al principio de la pandemia, UNICEF hizo una reserva de 500 millones de jeringuillas en almacenes fuera de los países que las producían. Su previsión dio sus frutos: los países pusieron controles a la exportación de jeringuillas, los precios se dispararon y los suministros fueron limitados.
Varios países también impusieron controles a la exportación de vacunas, lo que llevó a la OMS a advertir contra el “nacionalismo de las vacunas”, que fomenta el acaparamiento y tiene el efecto de hacer subir los precios y, en última instancia, prolongar la pandemia, las restricciones necesarias para contenerla y el sufrimiento humano y económico.
Llevar las dosis a los brazos de la gente requiere una compleja cadena de suministro mundial. Desde los ingredientes necesarios para producir la vacuna, pasando por los tapones y tubos de vidrio y plástico, hasta las jeringuillas. Por ello, la prohibición o el control de las exportaciones de cualquiera de estos productos puede provocar importantes trastornos en la distribución de las vacunas.
Debido a las muchas formas en que los controles de exportación pueden limitar el suministro, los países más pobres tendrán muchas más posibilidades de proteger a sus ciudadanos si son capaces de fabricar las vacunas ellos mismos.
La OMS apoya a los países en sus esfuerzos por adquirir y mantener la tecnología y la capacidad de producción de vacunas, a través de iniciativas como la Red de Fabricantes de Vacunas de los Países en Desarrollo, y les ayuda a crear bases de fabricación adicionales -especialmente en África, Asia y América Latina- que serán esenciales para satisfacer la demanda actual de refuerzos de COVID-19 y de futuras vacunas.
Ampliar la producción a nivel mundial haría que los países pobres dependieran menos de las donaciones de los ricos.
Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX.
2. Llevar las vacunas a quienes las necesitan no es fácil
Aunque todos los países que forman parte de COVAX cuentan con la infraestructura necesaria para sacar los cargamentos de vacunas de los aviones de carga y llevarlos a los almacenes refrigerados, los pasos siguientes pueden ser más complicados. Según Gian Gandhi, coordinador mundial de COVAX de UNICEF:
“Ghana, el primer país que recibió las dosis de COVAX, ha tenido un buen historial de distribución de dosis, pero otros países, como los del África Occidental francófona, han tenido dificultades para reunir los recursos necesarios para dividir las dosis y distribuirlas por todo su territorio a las ciudades y pueblos donde se necesitan. Esto significa que, en muchos países más pobres, la mayoría de las dosis se distribuyen en los grandes centros urbanos.
Queremos asegurarnos de que nadie se quede sin vacunar, pero, a corto plazo, la concentración de las dosis en las ciudades significa, al menos, que se está dando prioridad a la vacunación de los trabajadores sanitarios y otros trabajadores de primera línea en las zonas urbanas, donde la mayor densidad de población les hace correr un mayor riesgo de exposición”.
3. Se necesitan más fondos para ayudar al despliegue en los países más pobres
Una forma de acelerar el despliegue de las vacunas y la entrega desde los almacenes urbanos a las zonas remotas es, sencillamente, el dinero en efectivo.
La financiación es una preocupación perenne, incluso en la respuesta a una pandemia.
Para seguir suministrando vacunas a sus 190 miembros, COVAX necesita al menos 3,200 millones de dólares en 2021. Cuanto más rápido se alcance este objetivo de financiación, más rápido podrán llegar las vacunas a los brazos de la gente.
Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX.
Las contribuciones de varios países, en particular la UE, el Reino Unido y los Estados Unidos, han ayudado en gran medida a colmar el déficit de financiación de las vacunas. Sin embargo, la financiación del suministro de esas vacunas es más problemática.
UNICEF calcula que se necesitan 2,000 millones de dólares más para ayudar a los 92 países más pobres a pagar lo esencial, como:
- Frigoríficos.
- Formación del personal sanitario.
- Gastos de los vacunadores.
- Combustible para los camiones frigoríficos de reparto.
Y pide a los donantes que pongan 510 millones de dólares de esta cantidad a disposición inmediata como parte de un llamamiento humanitario para atender las necesidades urgentes.
4. Los países más ricos deben compartir el exceso de dosis
COVAX se encuentra en competencia con países individuales que hacen tratos directos con las compañías farmacéuticas, lo que ejerce una presión adicional sobre el suministro disponible de vacunas COVID-19. Al mismo tiempo, los países más ricos pueden encontrarse con un exceso de oferta de dosis.
Hacemos un llamamiento a estos países para que compartan sus dosis sobrantes y se comprometan con COVAX y UNICEF lo antes posible, porque hará falta algo de piruetas legales, administrativas y operativas para llevarlas hasta donde se necesitan. Desgraciadamente, en la actualidad no vemos demasiados países de renta alta dispuestos a compartir.
Gian Gandhi, coordinador mundial de COVAX de UNICEF.
Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX, añade:
El enfoque actual de ‘yo primero’ favorece a los que más pueden pagar y, en última instancia, costará más económicamente y en términos de vidas.
Pero es importante tener en cuenta que los acuerdos bilaterales no impiden que un país reciba dosis o contribuya a COVAX, especialmente a través del reparto de dosis.
Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX.
5. Dudas sobre las vacunas: un motivo de preocupación constante
A pesar de las abrumadoras pruebas de que la vacunación salva vidas, la indecisión ante las vacunas, que existe en todos los países, continúa siendo un problema al que hay que hacer frente constantemente.
Este fenómeno se debe, en parte, a la desinformación que rodea todos los aspectos de la COVID-19, que era preocupante incluso antes de que se declarara una emergencia sanitaria mundial y, en mayo, la ONU lanzó la campaña Verified, que combate las mentiras y los mensajes distorsionados, con información fiable y precisa en torno a la crisis.
A lo largo de la pandemia ha habido una gran cantidad de información errónea que ha circulado.
La OMS está trabajando intensamente para combatirla, así como para fomentar la confianza en las vacunas, e involucrar a las diferentes comunidades.
Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX.
Era de esperarse que tras vivir una situación inusual, se presentaran desafíos y reacciones peculiares. Por ahora estos son los 5 retos de COVAX, pero el camino para continuar la vacunación aún es arduo.
Fuente: EXPOK