Si eres fanático del ajo tenemos buenas noticias para darte. Existe una variedad, conocida como ajo negro, que no puede faltar en tus platillos. Aunque su aspecto no es muy agradable y su sabor cambia ligeramente, el proceso por el cual se obtiene le permite potenciar muchos de los beneficios del ajo blanco. Aquí te contamos más sobre este «superalimento».
Existen diferentes versiones sobre la situación que le dio origen al ajo negro, la más extendida señala que fue descubierto en Japón por un investigador que buscaba eliminar el olor característico del ajo. Tras someterlo a diferentes controles de temperatura y humedad, no solo consiguió su objetivo, sino que también logró cambiar su color y potenciar su nivel nutricional.
A diferencia de la creencia popular, este ajo no se obtiene mediante la fermentación. Sus productores recurren a un proceso llamado reacción de Maillard, en el que utilizan azúcares y proteínas para intervenir al alimento durante un tiempo prolongado. Esto produce una serie de reacciones químicas que estimulan su sabor y color.
Al momento de comerlo debes saber que no posee exactamente el mismo sabor que el ajo blanco, sino que predomina el umami (uno de los 5 sabores básicos junto con el dulce, ácido, amargo y salado). Por lo demás, este alimento se consume igual que su variedad blanca: crudo o salteado, en sopas o salsas, en carnes o ensaladas e incluso en postres.
Sino lo consigues en bulbo, puedes optar por sus variantes en polvo, cápsula o líquido, que se consiguen en cualquier tienda naturista o portal de compra online. Los profesionales recomiendan no consumir más de 2 o 3 dientes por día, pero en el caso de los suplementos no existe una dosis adecuada. Por ello, antes de tomarlos debes consultar a un médico o nutricionista.
Al igual que sucede con el blanco, consumir ajo negro puede ofrecernos diferentes beneficios. Sin embargo, existe una gran diferencia debido a que posee un compuesto adicional, llamado S-alil-cisteína. Este lo vuelve más efectivo, permite que el cuerpo absorba mejor sus nutrientes esenciales y le otorga casi el doble de antioxidantes.
Gran antioxidante
Su elaboración le confiere altos niveles de vitamina C y alicina, compuestos que refuerzan sus propiedades antioxidantes. Algunas especialistas señalan que posee hasta 7 veces más polifenoles que el ajo blanco, compuestos encargados de defender al cuerpo contra la acción oxidativa que provocan unas moléculas inestables, llamadas radicales libres.
Mejores defensas
Este alimento fortalece nuestro sistema inmunitario a partir de estimular la actividad de los glóbulos blancos, responsables de nuestras defensas. También posee propiedades antivirales y antibacterianas (gracias a la presencia de ajoene y sulfuro de dialilo) que ayudan a protegernos contra ciertas infecciones, algunas incluso resistentes a los antibióticos.
Ayuda al corazón
Algunos ensayos compararon el efecto positivo sobre la salud cardiovascular tras consumir ajo negro con el de las aspirinas en dosis bajas. Esto se debe a que el ajo negro reduce los niveles de homocisteína en sangre, un compuesto que daña la salud arterial y estimula la acumulación de colesterol. Además, este alimento también aumenta la producción de sulfuro de hidrógeno, una sustancia que mejora la circulación sanguínea.
Sus beneficios sobre la salud cardiovascular también son de ayuda para controlar las migrañas. Gracias a sus propiedades vasodilatadoras, el ajo negro mejora la circulación sanguínea, y así, reduce la presión arterial, un factor clave en el desarrollo de los dolores de cabeza.
Posibles riesgos
Si bien este alimento ofrece muchas propiedades saludables, debemos tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, las personas alérgicas al ajo blanco, también lo son al negro. Tampoco se recomienda su consumo a las mujeres embarazadas o en período de lactancia. Esto se debe a que sus compuestos alterarían el ciclo menstrual y podría inducir abortos.
Fuentes consultadas
Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Institutos Nacionales de la Salud.
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Gregory Quintana Montiel
Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social, egresado en la Especialización Derecho Ambiental Desarrollo Sostenible y Sustentable, Miembro de la Comunidad de profesionales y experto para Latinoamérica y el Caribe en Gestión por Resultado en el Desarrollo (COPLAC - GpRD) del Banco Interamericano de Desarrollo, experiencia en medios radiales y escritos.