4 medidas estratégicas implementadas por Corea del Sur para enfrentar la emergencia y la nueva normalidad
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Restableciendo el crecimiento y la sostenibilidad fiscal: 4 medidas estratégicas implementadas por Corea del Sur para enfrentar la emergencia y la nueva normalidad.
A pesar de ser uno de los países que alcanzó a tener más casos de COVID-19 a principios de 2020, Corea del Sur logró controlar la propagación del brote en menos de un mes, y hoy cuenta con una tasa de mortalidad del 0,2% con una cantidad acumulada de casos positivos que se está aplanando. Sumado a esto, logró en poco tiempo estabilizar la economía con un paquete de ayuda equivalente al 31,2% del PIB. El país tiene un relativamente bajo ratio de Deuda Pública, de 40,1% del PIB, por debajo de la media de la OCDE, con un amplio espacio fiscal para enfrentar la crisis y el pronóstico del PIB real para 2020 fue revisado de -1.2% a -0.8%[1], agregando confianza a las medidas adoptadas ante el COVID-19. Simultáneamente, Corea del Sur se ha dado a la tarea de crear un plan comprensivo de recuperación llamado “Korean New Deal” basado en dos componentes principales: el “Digital New Deal (Nuevo Trato digital)” y el “Green New Deal (Nuevo Trato Verde)”.
Pero ¿en qué consistió su exitosa estrategia? ¿Qué medidas tuvieron mejor efecto para controlar la crisis en Corea del Sur? Y aún más importante, ¿qué lecciones podremos aprender para enfrentar la época de post-pandemia y la “nueva normalidad”?
Estos temas formaron parte del Cuarto Diálogo Regional de Política y Gestión Fiscal organizado en conjunto por la División de Gestión Fiscal del BID con el Ministerio de Economía y Finanzas de la República de Corea bajo el título “Atravesando la pandemia COVID-19: Reacciones Económicas y Fiscales de Corea”. A continuación, detallamos las 4 principales medidas que fueron discutidas durante la sesión.
1. Respuesta Sanitaria: Creando prevención con las “Tres T”: Testing-Tracing-Treating
Esta fue la medida principal, tratando de salvar vidas, pero minimizando el impacto económico negativo de la cuarentena. Se hizo manteniendo las actividades indispensables para la economía en forma activa y, en simultáneo, introduciendo una serie de medidas bajo el título de “Las tres T” (Testing, Tracing, Treating), es decir, medidas intensivas de testeo, rastreo y tratamiento. En testeos, Corea ya realizó un millón y medio de pruebas y cuenta con la capacidad de más de 15.000 casos por día. Se mantuvo un estricto distanciamiento social con el gobierno atento a nuevas olas de brote. La única diferencia con otros países es que Corea no hizo un bloqueo absoluto de entrada ni salida de personas del país, y dieron cierta libertad a la población para desenvolverse en la vida diaria. Tomaron medidas efectivas para contener la pandemia en los puntos de entrada y salida y el control primariamente en los aeropuertos. En Seúl todas las personas que entran al país tienen que pasar por la prueba del coronavirus; a los domiciliados en esa capital se les ofrece un transporte exclusivo para llevarlos a sus domicilios para que no tengan contacto en los medios de transporte públicos. De esa manera se hace la cuarentena de 14 días, sin contacto social. Se lanzó asimismo una aplicación para el auto chequeo de salud, una serie de prueba veloces y amplios y también facilidades conocidas como el “drive thru” y el “walk thru” (pruebas móviles), minimizando el contacto con el personal médico.
También el gobierno coreano tomó medidas vigorosas para investigar los contactos de los pacientes confirmados; utilizando transacciones de tarjetas de crédito, grabaciones y datos de GPS de los teléfonos celulares si fuera necesario. En cuanto al tratamiento; para hospitalizar a los pacientes con síntomas graves y proporcionar opciones de tratamiento adecuadas a otros casos confirmados, el gobierno coreano clasifica a los pacientes según su gravedad y los acomoda en consecuencia en los hospitales o centros de apoyo para el tratamiento.
Como consecuencia, el gobierno coreano logró un efecto de cuarentena relativamente alto sin contención física mediante la participación voluntaria de los ciudadanos, junto con la detección temprana de casos confirmados a través de exámenes rápidos y masivos, rastreando la ruta de infección utilizando métodos creativos, manejo de seguimiento minucioso de los casos confirmados y divulgación de información de manera rápida y transparente.
2. Respuesta económica ante la crisis: Las 3 T económicas, “Timely-Targeted-Temporary“
Esta no es la primera vez que Corea del Sur ha manejado una crisis exitosamente, de hecho, en 2009, tras la crisis financiera global, el país logró recuperarse de manera ejemplar teniendo en cuenta el contexto, experiencia y medidas que habían tomado durante la crisis asiática en 1998. En esta pandemia, poniendo en práctica lo aprendido de sus propias lecciones de crisis pasadas y teniendo en cuenta su espacio fiscal, establecieron los principios de las “3 T”. Significa, en primer lugar, “Timely”, o sea una respuesta oportuna, rápida, de sólo un mes, tras tener el primer caso de COVID-19, logrando obtener un presupuesto suplementario para responder a la crisis económica y sanitaria. Luego, “Targeted”, que significó concentrar el apoyo priorizando a aquellos individuos en condición de vulnerabilidad para proporcionarles seguridad y empleo; y, por último, “Temporary”, es decir, manteniendo las medidas sólo hasta la aparición de una fuerte recuperación.
3. Recuperándose de la crisis económica o las “Tres P”: Protección-Promoción-Preparación
Para recuperar la actividad económica, el gobierno de Corea del Sur tomó medidas sin precedentes ante la pandemia. Anticiparon que la crisis podría reprimir el incentivo al consumo y esa falta de consumo podría paralizar la economía. El conjunto de medidas para hacer frente al shock económico se basó en las “Tres P”: Protección, Promoción y Preparación. En el primer caso, se apuntó a asistir al grupo de personas más vulnerables y a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMes) brindando apoyo salarial, reducciones y diferimientos en las contribuciones a la seguridad social, créditos a baja tasa y garantías especiales a préstamos. En lo que a “Promoción” respecta, para fortalecer la resiliencia económica, se dio apoyo específico a industrias e incentivos al consumo interno. En la “Preparación”, previendo la era del post COVID-19, se prepararon medidas regulatorias, se apuntó la promoción de la industria de 4.0, del “untact” (el “non face to face”).
4. Preparándose para enfrentar la postpandemia o el K-New Deal
Los principales objetivos del gobierno coreano para lo que resta del año pasan por apoyar una rápida recuperación de la economía doméstica, y construir una base económica que permita al país ingresar lo antes posible a la era del post COVID-19. Para lograrlo, están proyectando la implementación de la versión coreana del New Deal; de promover una gran innovación en la estructura económica e industrial; y lograr transformarse en un país verdaderamente inclusivo.
¿Qué es el K-New Deal? Se trata de una estrategia dividida en dos partes, el “Digital New Deal” y el “Green New Deal” con un cronograma de implementación hasta el año 2025. El primero de ellos, apunta a liderar la economía del futuro basada en la innovación, y recibirá una inversión de 13,4 billones de won (0,7% del PIB) para el 2022 y creará 330 mil puestos de trabajo. Una parte será invertida para fortalecer el DNA (en referencia a los sectores de datos, network y de Inteligencia Artificial); apoyando la capacitación de 100 mil personas en software, expansión de la red pública de 5G y la utilización, difusión y construcción de datos. También se invertirá en la inclusión digital y para una red de seguridad digital; disponiendo de servicios de “wifi” en lugares públicos y para el apoyo al desarrollo de la industria “untact”. El gobierno dispondrá infraestructura digital para la educación en todos los niveles, primaria y secundaria, al tiempo que apoyará mejoras en la educación online a través de las universidades y espacios de capacitación laboral. Habrá 160.000 PyMEs que serán provistas de equipamiento que permita el trabajo remoto.
Por otra parte, la meta del “Green New Deal” es la de abrir nuevos caminos al crecimiento sustentable. Corea del Sur planea responder activamente a los temas relacionados con el cambio climático, creando nuevos mercados, industrias y trabajos. El objetivo es inyectar 12,9 billones de won (0,6% del PIB) en el 2022 para: a) transformar infraestructuras urbanas y residenciales en infraestructuras verdes; b) Espacios públicos que afectan la vida diaria de las personas serán remodelados en edificios de “energía cero”; c) para incorporar innovación en la industria verde, apoyando 5 industrias para conducir al cumplimiento de este “Green New Deal” y establecer complejos industriales verdes; y d) para apoyar la expansión de la oferta de energía descentralizada, bajo en carbón. Esto incluye la preparación de las bases para promover la utilización de energía renovable como la solar, eólica y la energía “hydro”.
Para lograr concretar la visión de un país más inclusivo, Corea planea entre otras medidas, tanto expandir la cobertura del seguro de desempleo incluyendo incluso a los autónomos; como asimismo programas de reentrenamiento y subsidio a trabajadores mayores; mujeres, discapacitados y de bajos ingresos.
¿Cómo puede ayudar la experiencia de Corea a enfrentar los retos que ha traído la emergencia para América latina?
No cabe duda de que nuestra región está caracterizada por un alto empleo informal, limitaciones tecnológicas y restricciones fiscales y logísticas para proporcionar ayuda social a la población más vulnerable, por lo que existen limitaciones a la hora de replicar las medidas coreanas. Sin embargo, es importante destacar cuestiones como la transparencia, la prevención de la duplicación de los apoyos financieros o la entrega de vouchers como ayuda social si los beneficiarios no tienen cuentas bancarias. Por ley, las personas están obligadas en Corea del Sur a que declaren su domicilio, su estado laboral y aunque pertenezcan al sector informal, están obligadas a registrarse en la red de seguridad social.
A nivel del gobierno se debería estar preparado para enfrentar distintas situaciones inesperadas. Tiene que haber confianza de la sociedad en el gobierno. En el caso de Corea del Sur, en 2015 ya habían enfrentado la epidemia del MERS (el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente) aprendiendo lecciones y habiendo logrado establecer la gobernanza en situaciones de emergencia. También, en esa ocasión y en la actualidad, se establecieron centros de control para poder obtener en forma transparente información relacionada a la pandemia y se agilizaron procesos para producir kits o dispositivos en forma rápida y eficiente.
A la infraestructura política se le debe sumar la humana, el comportamiento de la sociedad. Voluntariamente a los pequeños establecimientos que alquilaban locales en Corea del Sur se les reducían o eximían, en estos meses de dificultad, el pago del alquiler. Aunque nadie esté obligado, el 99% de la persona utiliza máscaras.
En lo que respecta a lo fiscal, Corea del Sur apuntó a cubrir al máximo posible y de una manera eficiente. Las medidas fiscales anunciadas en países desarrollados ascienden en promedio a 19% del PIB, incluyendo a países como Italia, Alemania, Francia y también a Corea del Sur. En América latina el costo de estas medidas es de apenas una cuarta parte de los paquetes anunciados en países desarrollados, en promedio del 5% del PIB hasta ahora. Si no se incluyen los préstamos o garantías a prestamos, es de 2,8% del PIB con una gran dispersión en la región. El blog “Política y gestión fiscal durante la pandemia y la post pandemia en América Latina y el Caribe” describe en detalle esta reacción. Los países que tenían mayor deuda pueden gastar menos. El endeudamiento se dificulta, pero rápidamente los organismos multilaterales han brindado y siguen brindando ayuda.
¿Cómo se restablece el crecimiento inclusivo con sostenibilidad fiscal en América Latina tras la pandemia?
Ya hay países proyectando caídas de hasta 15% del PIB, los que hubieran crecido sin el surgimiento de la pandemia. Desde el BID se han tomado rápidamente medidas para apoyar a los países en la región y la División de Gestión Fiscal ha elaborado un prototipo de proyectos de apoyo a las buenas políticas para enfrentar las consecuencias del COVID-19.
Ya fueron aprobados 10 préstamos estructurados en dos operaciones: en la primera de ellas, se está dando toda la ayuda necesaria para fortalecer el presupuesto de emergencia para la atención de salud y el marco fiscal para atender hogares y empresas, para operar y recibir fondos y para mejorar las instituciones para que haya una mejor ejecución del gasto y mejor provisión de servicios públicos.
En una segunda operación, y también con recursos de cooperación técnica se diseñarán planes e implementación para la recuperación económica y fiscal después de la emergencia. Corea aporta enormes lecciones para el diseño de dichos planes. Para alentar el retorno al crecimiento con equidad se requerirá implementar planes de estímulo, en el marco del reducido espacio fiscal disponible. Y también se deberá pensar en reformas relacionadas a mejorar la eficiencia del gasto, que cubran no sólo reasignaciones inteligentes de ese gasto sino también una reducción de filtraciones y que a su vez sea capaz de promover el desarrollo sostenible y la digitalización. Sin dudas, el rumbo y la estrategia adoptada por Corea del Sur nos pueden iluminar el camino.
Referencias OECD Economic Surveys Korea August 2020
Fuente: BID