REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR) Autor: Aurelio Chacha
Aurelio Chacha
A pesar de la más profunda crisis sanitaria, económica, social y del peor deterioro institucional, esta última aún más peligrosa que nos puede llevar a la destrucción del Estado, no vemos en los candidatos presidenciables la voluntad política en ponerse de acuerdo entre sí, o al menos en establecer acuerdos mínimos, cuando en esta coyuntura es imprescindible acuerdos de estado en función de una hoja de ruta a mediano y largo plazo.
El profundo descontento y repudio del 80% de los ecuatorianos a los partidos y movimientos políticos, se justifica perfectamente; además, es comprensible dado los saqueos miserables de los fondos públicos que nos hemos enterado por los medios de comunicación.
Parece ser que los dueños de los partidos políticos son nuestros ENEMIGOS PÚBLICOS, no le interesa el país, a pesar que urge acuerdos patrióticos siguen designando a sus candidatos en su círculo más íntimo y cerrado, en tal razón en los próximos 4 años no nos gobernarán ni los más inteligentes, ni los más capaces, ni mucho menos los más honrados; pensé que los partidos políticos y movimientos políticos iban a democratizar las designaciones de sus candidatos en las elecciones primarias.
En el sector del correísmo públicamente Pierina Correa reconoce que su hermano Econ. Rafael Correa es el que en última instancia aprueba la designación de sus candidatos, esta práctica se repite en todos y cada uno de los partidos políticos sin excepción, lo que si me ha sorprendido es Pachakutik, este fin de semana los dirigentes del Movimiento Indígena Campesino de Cotopaxi MICC, anunciaron que retiran la precandidatura de Leonidas Iza para las elecciones primarias, aducen que no existen garantías al interior del movimiento Pachakutik nacional. Estos hechos demuestran que no hay elecciones primarias democráticas en ningún partido político, sus democracias son verticales y autoritarias. El Ecuador de hoy requiere que sus partidos y movimientos políticos construyan democracias horizontales y liderazgos colectivos con valores patrióticos.
Con una población ecuatoriana del 89% de indecisos de cara a las próximas elecciones, la elección presidencial está más abierta que nunca, todos los pronósticos aseguran que habrá balotaje con un ganador en la primera vuelta con un máximo de 25% más-menos. Lamentablemente, el discurso de los presidenciables es decir «vamos juntos» pero atrás mío; entonces es imprescindible preguntarnos: ¿en esta clase política podemos confiar los sagrados destinos de la patria?, ¿en esta clase política vamos a confiar la designación de las autoridades de control? Yo creo firmemente que mientras no hayan partidos y movimientos políticos profundamente democráticos, la elección de las autoridades de control deben nacer desde los ciudadanos, con todas las limitaciones que actualmente tiene el CPCCS; si cae la designación de la autoridades de control en los partidos y movimientos políticos representados en la Asamblea Nacional, será la profundización e institucionalización de la corrupción como ha sucedido en el reparto de los hospitales.
En el fondo la corrupción se ha convertido en un problema cultural y cotidiano; el individualismo, el afán por el poder, la codicia, la carencia de valores, y el débil compromiso con lo público y con el bien común de la mayoría de la clase política. El cáncer de la corrupción ya es muy profundo en nuestra patria, desde hace tiempo ya dejó de ser coyuntural ahora es estructural, su existencia ya no depende solo de un gobierno o partido político, afecta nuestro sistema político y económico. En este contexto que vivimos, marca hoy en día una gran apatía política de los ciudadanos de cara a las próximas elecciones, sumado a una profunda crisis económica de las familias, esto último alterará sin lugar a dudas el ánimo de las personas a la hora de votar el (7 de febrero 2021), luego de una navidad y fin de año sin una cena decente, muchos votos no serán razonado ni reflexionado en ese sentido gran parte de la población es posible que vote por alguien que demuestre un discurso antisistema, un discurso demagógico o populista.
Con un solo 11% de ecuatorianos que ya han definido su voto al día de hoy, con una incertidumbre en la población por la crisis económica, que se ahonda por la pandemia del COVID-19, el desempleo, la corrupción y la desconfianza en las entidades estatales, algunas encuestas y expertos electorales dan por seguro que el correísmo estará en la segunda vuelta, probamente con un candidato de centro derecha; en ese escenario el correísmo correría con ventaja en el balotaje. Sin embargo, en un escenario del correísmo con un candidato del movimiento indígena seria de muerte súbita, de pronóstico reservado, muchos expertos dan por seguro que el candidato del movimiento indígena correría con ventaja en el balotaje el tiempo lo dirá.
Sin embargo, en este momento dado la crisis que estamos viviendo todos debemos estar dispuestos a contribuir y a preservar el bien más elevado de los hombres y mujeres, LA VIDA MISMA.
Aurelio Chacha