¿Con que cara se atreven?
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Tres mil quinientos millones de dólares se reunieron para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto de Manabí, después de cuatro años no queda nada de ese dinero y nunca llegaron las casas, ni las escuelas, ni colegios, ni hospitales, y ninguna obra de importancia que debió construirse con esos fondos. Irónicamente se terminaron un par de parques citadinos, con veredas y bordillos, nuevas banquetas, juegos infantiles y hasta una pequeña pileta, ¡ahh! y un contrato de obra cinco veces mayor que el valor de mercado. Aquella vez aportamos con días de sueldo, dos puntos de recargo al IVA y colaboraciones humanitarias, esta vez sí solidarias porque fueron espontaneas.
Hace catorce años, el gobierno se manejaba con quince ministerios y una masa laboral que representaba tres mil millones de dólares anuales; en la era correista se elevaron a cincuenta las carteras de gobierno a nivel ministerial, y casi diez mil millones de dólares anuales como carga salarial. Esta novelería incrementó la ineficiencia gubernamental en servicios, en gasto público y en tramitología, afectando a toda la sociedad y al aparato productivo nacional, porque el costo de la burocracia se cubre con los impuestos que pagamos todos. El actual gobierno debió iniciarse depurando esa absurda, inoperante y abominable argamasa asalariada, recuperando el tamaño del estado acorde a nuestras necesidades. No lo hizo, y ahora elige reducir sueldos cuando lo apropiado es eliminar el mazacote de empleados injustificados.
La repotenciación de la refinería de Esmeraldas se inició con un contrato de doscientos millones de dólares y se terminó pagando dos mil millones, con el agravante que la refinería quedó peor que antes. Un sobreprecio a todas luces manipulado para la corrupción, que también se carga a nuestros bolsillos. Han pasado más de tres años de gobierno y ni siquiera se ha iniciado una investigación judicial, a pesar que ya se identificó a quien fungía de jefe máximo de la gavilla.
Deudas faraónicas por hidroeléctricas que no funcionan, edificios públicos sobredimensionados; el atraco al Seguro Social, a las Fuerzas Armadas, a los hospitales; el deterioro de la educación, el abandono del sector agropecuario, una Banca pública elitista y discriminatoria; corrupción en compras públicas, funcionarios incompetentes, y una vergonzante impunidad. Es el legado de catorce años de desgobierno, y de irresponsabilidad para con la nación y nuestra economía.
Justificando la cancelación de obligaciones sin tener capacidad de pago, el ministro de economía ha repetido con pedagógica insistencia: ¿con qué cara le pediríamos al tendero que nos vuelva a fiar sin pagar lo que debemos? Recién comprendo que solo buscaba mostrarnos una analogía para que le preguntemos al gobierno: ¿con qué cara se atreven a pedirnos más dinero, después de despilfarrar todo el patrimonio que les confiamos?
- Gonzalo Gómez Landires. Es Ingeniero Agropecuario, Asesor técnico financiero en sector Agropecuario, Proyectos de explotación y desarrollo, Asesor de la Unión de Asociaciones Agropecuarias Nacional del Ecuador, Estudio de Especialización en Israel, Universidad de Florida y Universidad en Dallas Texas, mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com