Más vale tarde que nunca
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Esta es una reflexión que implica más bien conformismo, pero con las últimas medidas económicas tiende más a rebelión; reconociendo la voluntad del gobierno y el valor de algunas medidas, pero resaltando que son a destiempo, cuando se ha consumado un daño que debió haberse evitado.
Recortar el gasto público es una necesidad imperativa, pero de haberlo realizado hace tres años cuando el sentido común lo exigía, la afectación hubiese sido menor.
La disminución del tiempo laboral y del salario de los servidores públicos no corrige el problema, porque este no se origina en dichos elementos, sino en el desmesurado incremento de personal innecesario, incorporado con la creación de instituciones gubernamentales inútiles, con nombres absurdos que intentan esconder la duplicidad de funciones. Lo peor es que esta decisión crea otro problema, que es el resentimiento del personal que si justifica sus funciones, y que no tiene la culpa de que ingresara tanto advenedizo como una forma de comprar votos y pagar favores políticos.
La regulación de precios de los combustibles es un enunciado excitante, pero tardío; gran parte del déficit de la caja fiscal se debe a que no se tomó la decisión cuando correspondía, al comienzo del gobierno; se esperó hasta que la urgencia obligó y se reaccionó equivocadamente, eligiendo imposición en lugar de convencimiento. Obligado a abortar la iniciativa se paralizó por miedo, tuvo que llegar la emergencia sanitaria y la consecuente crisis económica para intentarlo de nuevo.
La reducción del presupuesto del gasto corriente que deberá presentar el Concejo de Seguridad del Estado, también es un punto interesante, pero vuelve la pregunta: ¿por qué no lo hizo hace tres años? Le hubiera servido para realizar un mejor gobierno, tal vez, ahora no le servirá más.
El programa de crédito “Reactívate Ecuador” promete ayudar a cubrir los gastos operativos de las micro, de las pequeñas y medianas empresas. Esto podría ser verdad si se reestructurara la política de financiamiento Bancario, para cambiar los términos y condiciones que limitan el acceso de justamente los pequeños y medianos. Mientras se mantenga la exigencia de garantías reales con coberturas lesivas y se demande la concurrencia de garantes codeudores, estos préstamos de “buena voluntad” irán solo a los grandes consorcios, muchos de los cuales ni siquiera los necesitan.
La eliminación de algunas empresas públicas, la reducción de gastos en otras y el cierre de ciertas embajadas y oficinas diplomáticas, está bien, pero de nuevo ¿por qué no se hizo antes? Nada que no fuese ceguera o tozudez, se lo impedía.
Esta crítica señor presidente, no es “palo porque bogas y palo porque no bogas”, es por esperar que el bote se llene de agua para empezar a remar con las manos……. ya muy lejos de la orilla.
Gonzalo Gómez Landires. Es Ingeniero Agropecuario, Asesor técnico financiero en sector Agropecuario, Proyectos de explotación y desarrollo, Asesor de la Unión de Asociaciones Agropecuarias Nacional del Ecuador, Estudio de Especialización en Israel, Universidad de Florida y Universidad en Dallas Texas. Mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com