Unos héroes visten de blanco, otros…….sombreros raídos
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Hay muchos más que también merecen ser enaltecidos y apenas si son reconocidos: la policía, los militares, vendedores de alimentos, de medicinas, transportistas, repartidores, recolectores de basura, guardias privados, y más; para todos ellos mis respetos.
Pero siempre vislumbré cierto paralelismo entre los médicos y los agricultores, porque ambos asumen la responsabilidad de actividades extremadamente sacrificadas, donde el bienestar personal es sobrepasado por la avidez de prodigarse por los demás. Y es que estas profesiones surgen y se acrecientan en una profunda vocación de servicio y una extremada admiración por la vida, celebrando la misma reverente emoción con los humanos, plantas o animales, porque todos llevan en su esencia el maravilloso misterio de la vida.
En medio de esta espeluznante pandemia sobresale con justicia la labor abnegada de los adalides de la salud: médicos, enfermeras, tecnólogos, asistentes, cada uno de ellos enganchados con el sagrado compromiso de velar por la salud del prójimo, aun sabiendo que en ese esfuerzo se juegan también su propia vida. A la par, aunque a distancias enormes los agricultores levantan también la bandera de la solidaridad, del sacrificio y el desapego por las apetencias personales, y se mantienen estoicamente en sus labores de campo para que al resto no nos falte que comer.
Sin importar el peligro del contagio, ni el cansancio, ni la lluvia, calor o frio, acude siempre diligente para testimoniar las primeras luces del alba, ordeñando su ganado y organizando las faenas agrícolas; ni siquiera recuerda que hace mucho se perdió la rentabilidad de estas labores, pero percibe que no es tiempo para denostar por el olvido y abandono en que los gobiernos han sumido al sector, especialmente al pequeño productor, ese que genera nuestros alimentos día tras día.
Ya habrá ocasión para volver a levantar la voz por los errores de la comercialización y los abusos en la intermediación; más adelante protestaremos por la injusticia de agredir a esta actividad con costos irrazonables; mientras tanto fingiremos ignorar la ignominia de condicionar económicamente el uso del agua y de la tierra, que son heredad sacrosanta del campesino porque fue parido entre ellas. Acallaremos también la rebeldía por la absurda regulación del financiamiento Bancario que prioriza el capital sobre el ser humano, configurando una práctica elitista y discriminatoria que favorece al poder y se envilece con los humildes.
Por ahora no importa esa injusticia, no importan las urgencias ni los anhelos ¡no importa ni el pellejo! el campesino solo quiere trabajar su campo, hacer crecer sus semillas, desarrollar sus vaquitas y sus sembríos, esa es la esencia de su vida y también toda su riqueza, porque la cosecha será para otros, para aquellos que paliarán su hambre sin saber siquiera quién deja su vida en ello.
Gonzalo Gómez Landires. Es Ingeniero Agropecuario, Asesor técnico financiero en sector Agropecuario, Proyectos de explotación y desarrollo, Asesor de la Unión de Asociaciones Agropecuarias Nacional del Ecuador, Estudio de Especialización en Israel, Universidad de Florida y Universidad en Dallas Texas. Teléf: 09 6789 2180 Mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com