7 medidas para la fase de transición en el sector eléctrico: preparación para el Día Después
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
La fase de transición comenzará a partir del momento en que se vislumbre el control de la pandemia, se registre una disminución del contagio, y se inicie la eliminación de las medidas gubernamentales que limitan la movilidad de las personas. Para ese momento, las empresas del sector eléctrico ya deberán contar con planes y acciones que permitan su implementación inmediata y, por consiguiente, la salida gradual de la fase de emergencia iniciando el proceso hacia la normalización.
El sector eléctrico está siendo afectado por el COVID-19, no solo por la obligación y la necesidad de mantener la prestación del servicio de manera confiable y segura, sino además por la reducción esperada de sus ingresos debido principalmente a (i) la menor demanda, especialmente en el sector productivo, (ii) el diferimiento del pago de la factura por parte de los usuarios más vulnerables, (iii) mayores pérdidas no-técnicas, (iv) mayores gastos de operación y mantenimiento, y (v) dificultad para implementar ajustes tarifarios.
Formulamos un conjunto de acciones que las empresas prestadoras del servicio público de electricidad pueden desarrollar durante esta fase de transición.
Estas actividades, en combinación con todas las medidas de seguridad, salud, higiene (protocolos, guías, etc.), podrían permitir una pronta reactivación del funcionamiento de las empresas.
7 acciones para la fase de transición en el sector eléctrico
1. Estándares en la prestación del servicio: La continuidad del servicio implica también la necesidad de mantener los estándares de calidad exigidos para los sistemas de potencia en condiciones normales. En la fase de transición se requiere que las empresas fortalezcan la capacidad técnica de las áreas encargadas del planeamiento operativo con modelos de simulación de flujos eléctricos, considerando los cambios en la distribución de los flujos de corriente debido al cambio en el comportamiento de la demanda y su crecimiento esperado en la fase 3. El permanente monitoreo de estabilidad del sistema eléctrico evitará oscilaciones de frecuencia o voltaje, las cuales repercuten en los indicadores de calidad de prestación del servicio.
2. Reactivación del mantenimiento: En la fase de transición las empresas deben iniciar la preparación del conjunto de actividades que son necesarias para retomar el mantenimiento de toda la infraestructura eléctrica que permita alcanzar los niveles técnicos adecuados. Para ello, se requiere que las empresas preparen las especificaciones técnicas, órdenes de compra e identificación de proveedores, para la inmediata adquisición masiva de repuestos, equipos, herramientas y materiales. También durante la emergencia muchos fabricantes y proveedores de equipamiento eléctrico (nacionales y extranjeros) redujeron su producción y, por lo tanto, es necesario que las empresas del sector actualicen la lista de proveedores para sustituir sus habituales suministradores ante eventuales retrasos o cancelación de pedidos. En cuanto se tengas los materiales necesarios se deberán adelantar los trabajos de mantenimiento iniciando por las áreas más críticas.
3. Planificación: Durante esta etapa de transición también será importante analizar los posibles cambios en el perfil de la demanda en el mediano plazo, tales como un mayor consumo en los clientes residenciales y una menor demanda en el sector productivo. En el sector productivo es posible que se registren diferencias según el segmento de actividad. Así, por ejemplo, algunas actividades como el turismo, el transporte aéreo, el entretenimiento (cines, parques) podrán tardar en su recuperación, mientras otras registrarán un incremento en su actividad como son los centros de logística y las telecomunicaciones. Estas variaciones en el consumo obligan a una revisión de los planes de inversión.
4. Mejora en los sistemas comerciales: Durante la fase de emergencia muchas empresas habilitaron sistemas electrónicos para el pago de las facturas. En muchos países se ordenó el pago diferido de las facturas o se suspendió el corte del servicio por no pago para la población más vulnerable. En otros se suspendió el pago para usuarios de menores ingresos o se suspendió la lectura de contadores en sitio. En la fase de transición es necesario iniciar la mejora y modernización de los sistemas comerciales (lectura, facturación y pago) con el objeto de lograr la digitalización completa de estos sistemas. Para ello, las empresas previamente deben revisar el estado actual de sus sistemas comerciales, establecer las necesidades de hardware y software, estimar los costos y plazos de implementación.
5. Campaña de eficiencia energética: Una vez concluida la emergencia el monto total de la factura se verá incrementado, toda vez que en las facturas se incluirán los cobros parciales o totales de la deuda acumulada para ciertos clientes, sumados a los aumentos propios por inflación. Para compensar en alguna medida este efecto monetario, las empresas deberán iniciar campañas para incentivar el uso eficiente de la energía (incluyendo reemplazo de electrodomésticos, bombillos, entre otras actividades) que permita reducir el valor de los cargos del consumo del periodo actual y postponer inversiones en expansión.
6. Planeamiento financiero: Sin duda, las proyecciones de los estados financieros de las empresas estarán también afectadas por la emergencia. En esta etapa de transición, será necesaria una detallada revisión de los supuestos utilizados, en particular los ingresos esperados, las cuentas por cobrar, los gastos de funcionamiento, los niveles de deuda existentes antes de la emergencia y los esperados por deudas adquiridas durante la primera fase y por nuevos endeudamientos para salir de la crisis y por los nuevos planes de inversión que surjan para llegar a la fase 3.
7. Planes de obras múltiples: Las empresas pueden retomar los planes de remodelación de redes, cambio de transformadores y expansiones menores tanto a nivel urbano como a nivel rural. También pueden preparar proyectos de obras múltiples, identificando las obras más urgentes, sus diseños y especificaciones técnicas, sus costos, y cronogramas de implementación.
Esta planificación permitirá también identificar las fuentes de financiación incluyendo, por ejemplo, la restructuración o reformulación de préstamos actualmente en ejecución y cofinanciamiento. Asimismo, permitirá identificar el uso de diferentes tipos de garantías y la inyección de flujos de capital por intermedio de apoyo fiscal directamente asignado a las empresas del sector eléctrico.
Fuente: Blog del BID