Datos abiertos y Coronavirus: El valor de la información para luchar colectivamente contra la pandemia
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Cuando los gobiernos abren sus datos lo hacen por un tema de transparencia, de eficiencia… y también de eficacia. En esta crisis sanitaria, los datos abiertos se han convertido en un aliado indispensable para poder tomar mejores decisiones. Desde el momento en que se notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el brote de un nuevo Coronavirus a fines de 2019, muchas organizaciones, gobiernos y universidades han estado colaborando para generar datos y herramientas sobre la propagación del coronavirus, sus principales síntomas y la necesidad de cumplir con las directivas gubernamentales (como el necesario distanciamiento social).
En las últimas semanas, han surgido esfuerzos tanto desde gobiernos como de grupos de sociedad civil para usar los datos abiertos disponibles para sistematizar información sobre casos, mapas con zonas de infección, disponibilidad de lugares de atención sanitaria, etc. Muchas de las herramientas que han surgido son el producto del trabajo de la comunidad de datos. Es decir, organismos públicos y privados que ponen a disposición información publicada por los gobiernos en formatos que puedan ser interpretados y reutilizados. Este esfuerzo colaborativo no es nuevo pero está haciendo una gran diferencia en la gestión de la emergencia.
¿Cómo se están aprovechando los datos abiertos durante la pandemia del COVID-19?
1. Datos abiertos y Coronavirus: Cifras globales para una crisis global |
Con una crisis que cambia cada hora, más que nunca es importante centralizar los datos para mantener una fotografía de cómo avanza la epidemia globalmente. El Banco Interamericano de Desarrollo ha lanzado una plataforma para analizar el avance de la pandemia y el impacto de las medidas que están tomando los países de nuestra región. Para reportar los casos, la plataforma utiliza el conocido mapa interactivo de la Universidad John Hopkins, que toma datos de distintas fuentes (OMS, Unión Europea, Comisión Nacional de la República Popular China, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Departamento de Salud de Estados Unidos de América, entre otros) para visualizar casos confirmados, activos, defunciones y recuperados. El Our World in Data, de la Universidad de Oxford, además reporta información sobre los tests que se están realizando, un tema imprescindible a la hora de entender los resultados de las acciones que están tomando los gobiernos.
2. Recursos abiertos para analizar datos y ver ejemplos de cómo aplicarlos |
Es fundamental sistematizar las herramientas disponibles y los casos de uso de los datos para diseminar buenas prácticas. El Global Partnership for Sustainable Development Data compila recursos para que la comunidad pueda compartir información y mejorar la calidad de los datos que publican. El Open Data Watch también ha lanzado un sitio donde organiza la información disponible en función de la cadena de valor de los datos. Este repositorio diferencia entre recursos que ponen a disposición datos y aquellos que los abren, así como casos de reúso. Ambas organizaciones han colaborado con UNstats para ofrecer a la comunidad estadística un repositorio de información con herramientas y ejemplos para responder a la emergencia.
3. Colaboraciones sobre datos abiertos y Coronavirus con empresas privadas |
A menudo las empresas cuentan con datos que pueden ayudar a entender mejor un fenómeno global. Para poder optimizar su uso, es necesario generar una infraestructura y gobernanza que permita compartirlos y analizarlos. Por ejemplo, el GovLab de la Universidad de Nueva York hizo un llamado a la acción a empresas, investigadores académicos, y universidades para establecer un ecosistema colectivo de datos y generar valor a través del uso de datos.
4. Información verificada para visibilizar la emergencia |
Tal como mencionamos al principio, los datos permiten informar a la ciudadanía sobre el estado de situación de la emergencia. A través de datos abiertos, el diario Washington Post ha hecho una simulación sobre los beneficios del distanciamiento social para reducir el riesgo de contagio y aplanar la curva. Tan importante como que haya información disponible es crear mecanismos para prevenir que los rumores infundados se propaguen. En nuestra región, varias organizaciones (Chequeado, Ojo Público, Animal Político, entre otras) están desarrollando portales para verificar el contenido de noticias que circulan en redes sociales y alertar sobre noticias falsas.
5. Uso de datos y co-creación |
La sociedad civil, además de ayudar a los gobiernos a abrir datos, está generando espacios de colaboración e intercambio de buenas prácticas para usar datos. En Colombia, Datasketch ha organizado un hackatón para co-crear soluciones que faciliten la movilidad en tiempos de pandemia. En México, SocialTIC está organizando sesiones denominadas Datos y Coronavirus para mostrar proyectos de datos regionales. Por último, la Unión Europea está liderando retos y hackatones para desarrollar soluciones que ayuden a los países de la Comunidad a gestionar la crisis.
Datos abiertos y Coronavirus: Balance entre prevención, respuesta rápida y datos
En nuestra región, sólo unos pocos países están publicando información sobre la pandemia en estricto formato abierto (Colombia y México son dos ejemplos). Otros países como Uruguay, Argentina, Chile y Ecuador están publicando los datos de los reportes de situación diarios. El siguiente paso sería estandarizar los datos y que los datos que se están abriendo puedan ser comparados entre los distintos países para facilitar la colaboración regional para atender esta pandemia.
Los datos son un pilar fundamental para tomar decisiones informadas basadas en evidencia y desarrollar inteligencia colectiva. Sin embargo, necesitan ser publicados en formatos accesibles e interoperables para ser reutilizados y seguir fomentando la colaboración. Si algo está demostrando la pandemia del COVID-19 es que, más que nunca, es necesario dedicar esfuerzos a mejorar la calidad e interoperabilidad de los datos abiertos en un marco de gobernanza sólido que promueva la colaboración y la co-creación de soluciones a los problemas ciudadanos.
Fuente: BID
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