¿Sabes cómo está afectando la crisis de salud generada por el COVID-19 a los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe?
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
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Pandemia 2020: Respuestas urgentes y diferenciadas para pueblos indígenas
La magnitud del contagio causado por el COVID-19 afecta de manera desproporcionada a los pueblos indígenas. Esta situación presenta un gran desafío sanitario que requiere de respuestas inmediatas y sensibles a la realidad culturalmente diversa de los pueblos indígenas.
En Latinoamérica, cerca de 53 millones de personas de más de 700 pueblos indígenas enfrentan, en su mayoría, un conjunto de condiciones adversas previas como: elevados niveles de pobreza material y otras formas de desigualdad social que los predispone a un alto riesgo de contagio, morbilidad y mortalidad por el COVID-19. Debido al alto riesgo a la pandemia y a la necesidad de respuestas en un contexto cultural y lingüístico diverso, se requiere identificar y priorizar medidas preventivas inmediatas y diferenciadas para atender la emergencia en territorios de los pueblos indígenas.
¿Por qué son altamente vulnerables?
La pobreza material, el bajo acceso a los servicios de salud y educación, a servicios básicos como agua potable y saneamiento, desempleo, limitado acceso a medios de comunicación, entre otros, constituyen barreras que aumentan significativamente la vulnerabilidad de los pueblos indígenas a distintas enfermedades. Como consecuencia, la población indígena ya sufre múltiples enfermedades crónicas e infecciosas previas como la diabetes tipo II, tuberculosis, hepatitis B, VIH/SIDA, malaria, dengue, zika, entre otros. Estas enfermedades previas debilitan los sistemas inmunológicos de las personas volviéndolas altamente vulnerables al COVID-19.
En el caso de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial, el COVID-19 amenaza con la extinción en masa de poblaciones enteras debido a que dichos pueblos no poseen ninguna inmunidad incluso a infecciones que actualmente pueden ser prevenidas con vacunas. Actualmente, estos pueblos están fuera del radar y el alcance de los sistemas de salud.
A estas condiciones se suman las barreras geográficas y de infraestructura social. Varios pueblos indígenas viven en zonas rurales, de ubicación lejana o remota y con menor infraestructura de desarrollo que convierten a la provisión de los servicios de salud y a las medidas sanitarias de prevención, contención y tratamiento del COVID-19 en un verdadero desafío. Por ejemplo, este es el caso de la mayoría de pueblos indígenas de la Amazonía para quienes la barrera geográfica es crítica.
Para los sistemas de salud, los brotes comunitarios de COVID-19 en lugares de difícil acceso, donde los servicios de salud no existen o son frecuentemente limitados en recursos humanos y materiales, con poca capacidad de respuesta, representan una situación epidemiológica compleja, exigente y sin precedentes para la respuesta sanitaria.
Un abordaje sanitario estándar, no sirve para todos
Debido a la alta diversidad cultural y lingüística de los pueblos indígenas, se requieren de medidas culturalmente apropiadas para que puedan ser aplicadas en los territorios. Por ejemplo, las campañas de comunicación requieren ser realizadas en idiomas nativos y con mensajes comprensibles y que tengan sentido con la realidad local.
Igualmente, las medidas de saneamiento como el lavado de manos y desinfección no pueden realizarse conforme a los protocolos estándar en condiciones en las que los pueblos indígenas no tienen acceso a recursos como agua potable, jabón, detergente, alcohol antiséptico, gel anti-bacterial, medicamentos básicos como analgésicos, entre otros. Asimismo, las medidas de aislamiento y distanciamiento social son difíciles de aplicar cuando las estructuras familiares y comunitarias son intrínsecamente colectivas y con una fuerte cohesión social. Por ejemplo, el aislamiento de los ancianos es difícil cuando los mismos representan el pilar familiar y de autoridad en las comunidades indígenas.
Las respuestas sanitarias inmediatas para atender la emergencia mundial deben priorizar a los pueblos indígenas como una población epidemiológica de alto riesgo y adoptar respuestas desde un abordaje diferenciado. Dichas respuestas deben basarse en un trabajo conjunto y coordinado entre los pueblos indígenas y los gobiernos nacionales y subnacionales.
Las organizaciones y autoridades tradicionales indígenas, cuentan con estructuras representativas a nivel nacional, subnacional y comunitario, cada uno de los cuales juegan un rol vital para reforzar las medidas de prevención y contención del virus en los territorios de los pueblos indígenas. Consecuentemente, al articular las acciones de los gobiernos con las estructuras de coordinación de los pueblos indígenas se pueden lograr intervenciones más efectivas en el territorio.
Respuestas urgentes y diferenciadas
Para guiar a los tomadores de decisión, agentes de salud y líderes y organizaciones indígenas, sobre las consideraciones clave a tomar en cuenta para el manejo de la crisis en territorios de los pueblos indígenas, el BID ha elaborado instrumentos técnicos con un enfoque práctico y conciso.
Estos instrumentos se basan en una amplia revisión y sistematización de las herramientas, protocolos, guías y declaraciones elaborados por organizaciones internacionales, gobiernos nacionales y subnacionales, organizaciones indígenas y organizaciones no gubernamentales y diálogo con organizaciones indígenas regionales para enfrentar la emergencia y responder a preguntas claves de los pueblos indígenas, tales como:
- ¿Cómo lograr respuestas urgentes y efectivas a la pandemia, en los territorios, garantizando un trabajo articulado con los pueblos indígenas?
- ¿Cómo adecuar las medidas y protocolos sanitarios estandarizados frente al COVID-19 en contextos de alta diversidad cultural y lingüística y con limitado acceso a servicios médicos y servicios básicos?
- ¿Qué acciones de prevención y contención pueden adoptar las comunidades frente a la pandemia desde su realidad comunitaria y colectiva?
La respuesta a dichas preguntas fundamentales y la implementación de medidas adecuadas, en diálogo directo con los pueblos indígenas, tienen el potencial de mejorar la eficacia de las acciones que los países toman para salvar la mayor cantidad de vidas.
Fuente: BID