Si tuvieras la estatura de un niño de tres años, ¿cómo diseñarías tu ciudad?
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR) por Cecilia Vaca Jones
Hoy por hoy, más de la mitad de la población mundial es urbana, y aunque la vida en la ciudad puede acarrear dificultades para los niños y sus familias, también puede suponer un entorno idóneo para el aprendizaje. Así, las ciudades podrían tener el potencial de promover una vida saludable y próspera para nuestros bebés y sus cuidadores. Un adecuado diseño urbano puede constituir una respuesta innovadora que contribuya al desarrollo infantil.
Urban 95, desde la mirada de los pequeños
Desde esta visión, en la Fundación Bernard van Leer hemos concebido “Urban95”, un enfoque de trabajo que mira al desarrollo urbano como una oportunidad para beneficiar el desarrollo integral de los niños pequeños y el bienestar de sus cuidadores. Nuestro reto principal es lograr que, desde la mirada de un niño de 95 cm de alto, la estatura media de un niño sano de tres años, nuestras ciudades garanticen espacios seguros, saludables y estimulantes, con oportunidades para que los niños aprendan, creen, imaginen y jueguen.
Trabajamos con alcaldes, planificadores urbanos, arquitectos, diseñadores y ciudadanos para encontrar soluciones urbanas que contribuyan al bienestar de los niños y las familias; sin duda, el mejor indicador de una ciudad estimulante, próspera y saludable.
Tirana-Albania
Gracias a la evidencia científica, sabemos que los bebés aprenden cuando participan en interacciones positivas, juegan y experimentan nuevas vivencias. En Estambul, Turquía, por ejemplo, trabajamos en el diseño de parques con juegos orientados a los niños y niñas de 0 a 3 años. En Libreville, Gabón y Sao Paulo, Brasil, hemos recuperado la calle como un espacio público para que los niños, las niñas y sus familias interactúen, jueguen y se sientan seguros.
Libreville-Gabon
Entender y monitorear el espacio público
Es imprescindible contar con indicadores estratégicos que vinculen la primera infancia con el espacio urbano. En términos de información, también resulta fundamental poder medir y monitorear el uso y mantenimiento del espacio público. Junto con Gehl, un reconocido líder global en diseño urbano centrado en las personas, desarrollamos herramientas que nos permiten medir las experiencias que viven los niños pequeños en el espacio público. La municipalidad de Lima, por ejemplo, está utilizando estas herramientas para entender los comportamientos de los usuarios y mejorar el diseño de los espacios públicos.
El rol de la movilidad
La movilidad sustentable representa un componente estratégico para medir el bienestar de las familias con niños pequeños. Todavía son enormes los desafíos en la mayor parte de nuestras ciudades para acercar los servicios públicos a todas las familias. Son pocas las personas que puedan acceder a ellos a pie. De igual manera, existen enormes brechas en cuanto a otras formas de movilidad sostenible como puede ser el uso de la bicicleta o el transporte público.
Tampoco se nos escapa el elevado número de automóviles que transitan en las ciudades de Latinoamérica y El Caribe el problema que ello representa desde la perspectiva de la primera infancia: los altos niveles de contaminación del aire generados por las elevadas emisiones comprometen de forma preocupante la salud materna e infantil. Y, por supuesto, contribuyen a los altos niveles de estrés y al reducido tiempo que los cuidadores pasan con sus niños como consecuencia de la congestión del tráfico.
Una adecuada planificación urbana puede contribuir a la equidad
En la mayoría de nuestras ciudades, no sabemos dónde y cómo viven los bebés y sus familias. Sin embargo, para disminuir las brechas de acceso a servicios en la ciudad resulta imprescindible evidenciar dónde se encuentran. Mediante el manejo de información e indicadores, los planificadores urbanos y diseñadores de política pública local pueden hacer frente a este gran reto. Considerar métricas relacionadas a las condiciones de vida de los bebés y sus familias, y analizarlos junto con indicadores de acceso a servicios de infraestructura urbana y transporte, permite identificar brechas sociales fundamentales. Al igual que lo en la localización y representación gráfica de estos datos, junto con información proporcionada en mapas. La experiencia de ciudades como Tirana, Recife y Boa Vista ponen en evidencia cómo un buen manejo de información permite priorizar intervenciones que generan impacto.
Boa Vista, Brasil (izquierda); Lima, Perú (derecha)
Tradicionalmente las políticas de desarrollo infantil temprano han centrado sus esfuerzos en integrar los programas y servicios de salud, educación, protección y nutrición a fin de lograr que todos los niños puedan desarrollar al máximo sus potencialidades. Sin embargo, todos estos esfuerzos pueden verse anulados si no empezamos a mirar el contexto y el ambiente en el que estos programas y servicios se desarrollan. Por ello, integrar la mirada de la primera infancia en las políticas de planificación urbana es urgente.
Fuente: BID.