Día Internacional de la Limpieza de Playas: Planeta o Plástico
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR) por Alvaro Adam.
Se termina el verano en el hemisferio norte, y al dejar atrás las arenas blancas y las aguas cristalinas, ¿Qué queda tras nosotros? Este mes conmemoramos el Día Internacional de la Limpieza de Playas con un llamado a la acción: cuidemos lo que tanto nos brinda, y es que es creciente el nivel de diminutas partículas que están generando uno de los mayores problemas ambientales a los que se enfrenta nuestros ecosistemas marinos a nivel mundial: Los microplásticos.
Los microplásticos se definen como partículas sólidas, inferiores a 5 mm, sintéticas, insolubles en aguas y con muy poca capacidad para desgradarse. Estos imperecederos fragmentos se han colado de lleno en nuestras vidas, y además de contaminar nuestros ecosistemas marinos y terrestres, también se encuentran en nuestros alimentos y circulan libremente por nuestros conductos de agua (estudios recientes han hallado microplásticos en el 80% de las muestras de agua potable de todo el mundo).
Por dicho motivo, la OMS ya considera esta problemática como de riesgo emergente, más todavía si tenemos en cuenta que estas pequeñas partículas actúan como imanes para la absorción de tóxicos y pueden ser portadores de organismos causantes de enfermedades.
¿Pero cuál es el origen de estas partículas? Y lo más importante, ¿cómo llegan a nuestros océanos?
El origen de los microplásticos tiene distintas fuentes. Una de ellas se debe a la fragmentación y degradación de residuos plásticos de mayor tamaño. Sin embargo, la principal fuente proviene de actividades y uso de productos cotidianos como son los siguientes:
- Microfibras plásticas (microesferas) usadas en productos cosméticos y de higiene personal como pueden ser los exfoliantes, dentífricos y productos de limpieza.
- Desgaste de neumáticos.
- Lavado de ropa con tejidos sintéticos, ya que el 60% de la producción textil procede de materiales plásticos como el poliéster y el elastano.
Esta ingente cantidad de partículas plásticas pasará de nuestros desagües a las redes de saneamiento, que será la vía de comunicación perfecta para que alcancen nuestros ríos y de allí pasen a formar parte de nuestros ecosistemas marinos.
Una vez en los océanos, estas partículas y sus tóxicos asociados, serán ingeridas por distintas especies, creando una cadena en donde se altera el ecosistema, la dinámica de la fauna, y más adelante se ve impactado nuestro propio consumo en los productos que vienen de las masas acuíferas. Estudios recientes, publicados por la IUCN, estiman que se liberan entre 0,8 y 2,5 millones de toneladas de microplásticos anualmente.
Pero ¿qué podemos hacer?
Desafortunadamente, es imposible retirar estos residuos una vez que llegan a nuestros océanos, fundamentalmente porque sus diferentes densidades y composiciones hacen que no se encuentren en la superficie de los océanos. Por otra parte, la acción de microorganismos puede hacer que desciendan hasta nuestros fondos oceánicos, dificultando su recolección.
Sin embargo, una de las medidas más efectivas para atajar este problema es que limítenos el uso de plástico y que desde los entes gubernamentales se regule de forma más efectiva su reciclaje. En algunos países (EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Francia), ya se prohíbe el uso el de partículas plásticas en productos cosméticos.
A su vez, será fundamental elevar la conciencia colectiva para lograr que tanto el sector público como el privado se involucre en estudios e investigue nuevas tecnologías para lograr productos con menos impacto ambiental.
Como consumidores, tenemos la opción de elegir productos más sostenibles, y entre otras cosas podemos evitar la compra de productos envasados con plástico, el agua embotellada, materiales de plásticos de un solo uso (como son las pajitas, vasos y cuberterías desechables), evitar el uso de microesferas en los cosméticos y optar por ropa fabricada con tejidos naturales.
El agua y los océanos son fuente de vida clave para la supervivencia de la mayoría de las especies en el planeta, y los micro plásticos representan uno de los mayores peligros que enfrentan, y en los que el ser humano tiene una carta que jugar para salvarlos.
Fuente: BID