¿Por qué debemos compostar la materia orgánica?
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
Amigos de la Tierra publica el informe“El Compostaje, un Aliado contra la Crisis Climática”, en el que demuestra los beneficios del compost en la adaptación y mitigación del cambio climático.
En la investigación se ha analizado el compost de 19 proveedores diferentes, así como los 24 terrenos en los que se ha aplicado la enmienda orgánica, desde huertos hasta viñedos y dehesas.
Reducción de la desertificación
Una gestión incorrecta del uso de la tierra así como el cambio climático son factores que contribuyen a la desertificación y la pérdida de suelo fértil. Los resultados demuestran que el uso del compost reduce estos procesos de desertificación. La materia orgánica se ha incrementado en todos los suelos de un 4% al 8,6% de media, llegando a cuadruplicarse en algunos casos. Estos porcentajes se traducen en la mejora de fertilidad del suelo y, por tanto, en un aumento de la producción agrícola.
A su vez, el compost ha incrementado la estabilidad de agregados en todos los terrenos, lo que implica mayor porosidad y permeabilidad con una mejor aireación y flujo de agua, y una mejora en la fijación de nutrientes. En la misma línea, los suelos cuentan ahora con un PH equilibrado llegando a valores próximos a la neutralidad.
Si tratamos la materia orgánica, evitaremos la desertificación y la emisión de más de 1 millón de toneladas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al año.
Reducción de la emisión de toneladas de GEI.
En 2016 las emisiones generadas por el tratamiento y eliminación de los residuos en España supusieron el 7% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, constituyendo la cuarta mayor causa de emisión de gases de efecto invernadero en Europa.
En total para el estudio se han aplicado 30,38 toneladas de compost, lo que equivale a 91,14 toneladas de biorresiduos. De esta forma se haevitado la emisión de entre 10,02 y 30,07 toneladas de gases de efecto invernadero. Al año se generan en España 9,46 millones de toneladas de biorresiduos, por lo que se podrían evitar más de 1,05 millones de toneladas de GEI.