El diésel y la gasolina ya no tienen futuro en Europa
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
El año pasado Madrid implantó “Madrid Central”, la Zona de Bajas Emisiones, que está contribuyendo a que la contaminación se reduzca dentro y fuera del distrito Centro. Lejos del apocalipsis de quienes la calificaban como “la zona más restrictiva de Europa”, la realidad es que en este tipo de medidas para favorecer un aire limpio son comunes en todo el continente. Siguiendo el ejemplo, en unos meses Barcelona implantará de forma permanente su Zona de Bajas Emisiones en el interior de las rondas, sumándose a la lista de ciudades que luchan contra los vehículos que contaminan nuestro aire.
Desde Greenpeace, a través de una campaña europea Clean Air Now, han elaborado el mapa del fin de los coches a diésel y gasolina, una herramienta interactiva para poder consultar las más de 200 acciones que las ciudades y gobiernos están tomando para limitar la contaminación provocada por el tráfico a motor. La ONU nos recordaba, con motivo del Día Mundial del Medioambiente, que 9 de cada 10 personas respiran aire contaminado.
Las ciudades que aparecen en el mapa se dividen en 3 categorías:
- En los Peajes Urbanos los coches deben pagar una tasa para entrar a la ciudad, cuya recaudación se invierte en mejorar el transporte público. Este es el caso de Londres o Estocolmo, con peajes en vigor desde hace más de una década.
- Las Zonas de Bajas Emisiones son áreas donde se limita el acceso a los vehículos que carezcan de un distintivo ambiental concreto. Son muy comunes en Alemania, con más de 70 zonas desde 2008. Recientemente Bélgica ha puesto varias en marcha y se espera que grandes ciudades francesas como Lille o Montpellier lo hagan en breve.
- Por último, las Áreas de Tráfico Restringido limitan el acceso a todos los vehículos salvo ciertas excepciones, como residentes o repartos, permitiendo entornos cómodos y seguros para caminar. Están muy presentes en Italia, donde la mayoría de ciudades con casco histórico disponen de estas zonas, llamadas ‘ZTL’.
Además de las Zonas de Bajas Emisiones de Madrid y Barcelona, en nuestro mapa también aparecen Valencia, Córdoba, Málaga, Granada, Palma, Girona, Vitoria-Gasteiz, Pamplona-Iruña, A Coruña, Pontevedra, Ciudad Real y Salamanca. Ciudades que en mayor o menor medida han limitado el acceso a sus cascos históricos mediante cámaras y peatonalizaciones, con efectos positivos en la reducción de ruido, el uso del espacio y las ventas comerciales. Destaca la ausencia de Sevilla que, pese a tener el sistema del ‘Plan Centro’ plenamente instalado, no se ha vuelto a poner en marcha tras su suspensión en 2011.
Pedimos al Gobierno adelantar el fin del diésel y la gasolina
La presentación del mapa ha coincidido hoy con la acción que varios activistas de Greenpeace han llevado a cabo en Luxemburgo, coincidiendo con la cumbre de Ministros de Transporte de la UE. A la entrada del encuentro, han “estrellado” un vehículo junto al lema “¡No destrocéis el clima!” exigiendo medidas inmediatas contra las emisiones del sector del transporte. Pese a que el 27% de los gases de efecto invernadero emitidos en Europa proceden del transporte -de los cuales, casi la mitad se deben al automóvil-, se espera que los ministros ignoren estos datos en su cumbre de hoy.
«En los Peajes Urbanos los coches deben pagar una tasa para entrar a la ciudad, cuya recaudación se invierte en mejorar el transporte público. Este es el caso de Londres o Estocolmo, con peajes en vigor desde hace más de una década».
Para poder cumplir con el acuerdo de París y limitar el calentamiento global en 1,5ºC, en Greenpeace exigimos dejar de vender vehículos diésel y gasolina no más tarde de 2028. En el mapa también pueden consultarse los países que fijan esta fecha en 2040 (como España) y los que han adelantado este compromiso a 2030 o antes, como Irlanda, Dinamarca o los Países Bajos. Por este motivo, pedimos al Gobierno de España una mayor ambición para limitar las emisiones del transporte y frenar así a tiempo el calentamiento global, siguiendo los ejemplos de los países que apuestan por un sector automovilístico cero emisiones.
Fuente: Greenpeace