Los retos para la salud de una población envejecida
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
América Latina y el Caribe está envejeciendo a un ritmo sin precedentes. En 1960, el 3,8% de la población era mayor de 65 años. Para 2015, ese porcentaje había aumentado al 7,2% y se espera que para 2040 sea del 14,4%. Es decir, en 30 años, la población de adultos mayores se duplicará. En los mayores de 80 años, que hoy representan el 11% de la población mayor de 60 años, también habrá cambios: para 2030 serán el 15% y para 2050, el 26%. Este cambio demográfico en si es una noticia positiva, resultado de mejores condiciones de vida y avances en la ciencia y tecnología médica. Sin embargo, presentará múltiples retos para los gobiernos, que se enfrentarán a una población más longeva pero no necesariamente más saludable.
El aumento de las enfermedades crónicas
Un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo alerta sobre el creciente deterioro de la salud entre la población adulta mayor. El informe apunta a que, junto con la edad de la población, ha aumentado la presencia de enfermedades crónicas. En efecto, el envejecimiento es responsable de alrededor del 15% del aumento en la carga total de mortalidad y morbilidad atribuible a las enfermedades crónicas entre 2006 y 2016.
Sin embargo, también han influido otros factores, incluyendo una vida más sedentaria, el uso del tabaco, las dietas no saludables y el consumo del alcohol, así como los altos índices de enfermedades infecciosas en la región, ante las cuales los ancianos son más vulnerables. También es posible que, gracias a los avances médicos y a una mayor cobertura de los sistemas sanitarios en las últimas décadas, las mayores probabilidades de un diagnóstico temprano hayan hecho crecer las estadísticas sobre casos que antes no se reportaban.
Así, el gran reto para los sistemas de salud es conseguir que sus poblaciones envejezcan saludablemente y evitar las enfermedades crónicas que pueden aparecer prematuramente por no prestar atención a factores de riesgo. Las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, representan el 25% de las dolencias de la población mayor de 60 años. Con un mejor control de la presión arterial, se podría evitar la mitad de los casos de estas enfermedades.
La diabetes es otra de las enfermedades crónicas que ha aumentado de forma alarmante en las últimas décadas en América Latina y el Caribe, considerándose ya una epidemia. Hoy afecta a un 20% de los mayores de 60 años y es un problema especialmente grave en los países del Caribe, donde más del 30% de sus habitantes la padece. Al igual que la hipertensión, a menudo no es diagnosticada. La Federación Internacional de la Diabetes estima que el 80% de quienes la padecen vive en países de ingresos medios o bajos y la mitad de ellos no sabe que tiene la enfermedad.
El reto de la discapacidad y la salud mental entre los adultos mayores
La presencia de enfermedades crónicas aumenta el grado de discapacidad y la intensidad de la dependencia como consecuencia de la edad. Las limitaciones o dificultades para realizar actividades de forma autónoma como caminar, ver u oír y hasta comunicarse aumentan considerablemente, particularmente después de los 80 años. En algunos países de la región, incluyendo Chile, Colombia y Uruguay, la proporción de personas con algún tipo de discapacidad llega hasta a duplicarse en este grupo etario. Asimismo, sabemos que la prevalencia de la dependencia es mayor entre los adultos mayores que en otros grupos poblacionales.
Por otro lado, el envejecimiento de la población también ha resultado en un aumento en el número de personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras demencias. Debido a los cambios demográficos en la región, estas condiciones afectan especialmente a los mayores de 80 años y a las mujeres. Además, América Latina y el Caribe es la región del mundo donde se prevé que se producirá el aumento más acelerado de personas viviendo con demencia en los próximos años. Según la OMS, para 2030 habrá casi 8 millones de personas con demencia.
Convertir el desafío en oportunidad
Considerando que para 2050 la proporción de adultos mayores de 60 años en América Latina y el Caribe será similar a la que hoy tienen países como Alemania y Suiza, los gobiernos no pueden darse el lujo de posponer políticas públicas que permitan anticipar y reducir las presiones a futuro. Aunque aún no podamos hablar de una población envejecida en la región, la rapidez con que este cambio se está dando, de manera más acelerada que en cualquier otra parte del mundo, debe despertar las alarmas. La combinación entre el aumento en la esperanza de vida y un envejecimiento no saludable sitúa a los adultos mayores en una situación particularmente vulnerable. Supone un enorme desafío que puede ser tomado como una oportunidad. Los sectores públicos y privados pueden aprovechar la tecnología y las herramientas disponibles para idear soluciones para que los últimos años de vida transcurran en mejores condicione y para diseñar e implementar políticas que promuevan el envejecimiento saludable con miras no solo a más, sino a mejores años de vida.
Fuente: BID