¿Qué hay detrás de las estadísticas oficiales?
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
Los datos son como el agua: los usamos todos los días pero sólo pensamos en ellos cuando no están ahí o cuando son de mala calidad. Esperamos que la información estadística fluya cada vez que abrimos una página web, pero para que la información sea precisa y confiable, la labor de las oficinas nacionales de estadísticas de los países se vuelve fundamental.
Existe consenso acerca de que las estadísticas son indispensables para el diseño y monitoreo de las políticas públicas. Sin embargo, en algunos países de América Latina la institucionalidad estadística se mantiene débil. Esta debilidad institucional se manifiesta a través de oficinas nacionales de estadística (ONE) con autonomía limitada y con escasez de recursos humanos calificados, tecnológicos y financieros, lo cual les impide producir estadísticas bajo criterios comunes y de manera integrada. A pesar de esto, en muchos casos, los incentivos para fortalecer la capacidad estadística no están alineados dentro de los gobiernos.
Un panorama estadístico muy heterogéneo
El desarrollo estadístico en América Latina es tan diverso como prometedor. Existen países como México y Brasil cuyo profesionalismo y autonomía en el manejo estadístico es reconocido internacionalmente, mientras que otros países tienen múltiples áreas de oportunidad para mejorar. Cabe entonces preguntarse: ¿qué factores explican esta heterogeneidad en la capacidad estadística de la región?
La demanda de buenos datos, dentro y fuera del país. Los países con estadísticas más sólidas suelen ser aquellos en los que se alinea una demanda interna por parte de áreas técnicas del Estado y una demanda externa, tanto de actores no gubernamentales (empresas, academia, sociedad civil, etc.) como de organismos internacionales. El caso Colombia es un buen ejemplo, pues su postulación para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sirvió de catalizador para la reestructuración de su sistema estadístico y el fortalecimiento del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
El contexto internacional. El potencial de la colaboración internacional como impulsor de reformas estadísticas no es menor. Las distintas áreas del gobierno requieren de datos para diseñar programas que cuenten con financiación internacional, los organismos multilaterales necesitan medir el avance de los objetivos de desarrollo, y por supuesto las empresas exigen tener información económica fiable antes de tomar decisiones de inversión en un país. Un ejemplo de esto es Ecuador. El país andino ha desarrollado considerablemente su capacidad estadística, en parte gracias al intercambio de buenas prácticas en foros multilaterales y a la restructuración de sus plataformas de diseminación de datos, con base en las recomendaciones de organismos internacionales. Desde el BID hemos trabajado de la mano de los países de la región a través de proyectos que brindaron apoyo a la realización del quinto censo de población y vivienda en Haití, el mejoramiento del sistema nacional estadístico de Belice, el fortalecimiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, o el mejoramiento de los servicios de registros civiles e identificación de Perú, entre otros.
Las dinámicas internas del Estado. La influencia de los presidentes y de sus proyectos políticos en el sistema estadístico nacional, así como los efectos de las crisis económicas y políticas, pueden en ocasiones ir en detrimento de la capacidad de las oficinas estadísticas. En el caso de Argentina, se registró un debilitamiento en la calidad de los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El estado de crisis, que incluso llevó al Fondo Monetario Internacional (FMI) a aplicar una moción de censura a la publicación de estadísticas macroeconómicas oficiales, abrió ventanas de oportunidad para la introducción de importantes reformas al sistema estadístico del país que lograron reestablecer la reputación internacional del INDEC.
Si hay demanda para buenos datos, la oferta crece. Las leyes de la oferta y la demanda también aplican a los datos. Si bien es esencial que exista un marco legal que promueva la producción de datos estadísticos de calidad y su difusión oportuna por parte de las oficinas de estadística, el rigor en el cumplimiento de la normativa dependerá, en gran medida, del rol de los usuarios de datos. Por ello, es vital que exista una masa crítica de usuarios, dentro y fuera del gobierno, que estén dispuestos a elevar su voz si el flujo de información se interrumpe o baja de calidad.
Un ejemplo reciente ocurrió en Colombia, en donde se suscitó una polémica por la posible exclusión del Censo de Población y Vivienda 2018 de ciertas preguntas acerca de información básica sobre personas con discapacidad funcional. Los grupos de la sociedad civil se organizaron y ejercieron presión sobre las autoridades, y finalmente las preguntas fueron incluidas en el censo.
¿Cómo fortalecer las capacidades estadísticas de un país?.
Hoy en día está ampliamente aceptado que el desarrollo económico y social de un país requiere una política clara y transparente de producción y difusión de datos. Estudios recientes demuestran la importancia de contar con un marco legal que promueva la autonomía técnica y de gestión de las oficinas nacionales de estadística, si bien subrayan que la aplicación de la norma sólo sale adelante si existen usuarios dispuestos a exigirla.
La capacidad de la oficina nacional de estadística es un reflejo del nivel de desarrollo de ese país. ¿Por qué? Las mejores políticas son aquellas que se diseñan con base en evidencias, y la única manera de sistematizar esa experiencia es mediante la gestión efectiva de la información y los datos estadísticos. Si queremos seguir fortaleciendo a nuestros países, es fundamental poner en marcha acciones en favor del desarrollo estadístico y la inversión que esto conlleva.
Fuente: banco Interamericano de Desarrollo.