Ecuador ora, pero el COVID-19 no cede
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA.
Por Boris Moyano Salguero. Una escena inédita registró ayer Ecuador durante el Domingo de Ramos, en el inicio de la Semana Mayor del mundo católico: iglesias cerradas, cuando lo común en esta fecha era verlas todo el día abiertas y llenas de devotos listos para recibir la eucaristía, y calles repletas de vendedores que ofrecían los tradicionales arreglos de ramos y estampas.
Ello, porque los ecuatorianos cumplieron con el aislamiento social dispuesto por las autoridades y acogieron la alternativa de la Conferencia Episcopal, de ser parte de la ceremonia religiosa viéndola por redes sociales desde sus casas, rodeados de sus propios altares y ramos hechos con flores y plantas del jardín.
En Guayaquil, la ciudad más afectada por el COVID-19, se dedicó este día para la oración y su alcaldesa, Cynthia Viteri, la lideró pidiendo sabiduría a las autoridades para salir adelante. “Creemos en que vendrán días mejores, pues tenemos fe en ti, Jesús”, anheló.
Sobre las últimas cifras oficiales, con corte de las 11h00 de hoy, los contagios con COVID-19 en el país subieron a 3747 y los fallecidos a 191; 130 corresponden a Guayas, provincia cuya capital es Guayaquil.
Paralelo a estos anuncios, maquinaria pesada del Gobierno alistaba los terrenos que desde hoy acogerán a a los guayaquileños fallecidos por Coronavirus en la cuarentena y cuyos cuerpos no han sido reclamados por familiares, indicó Jorge Wated, encargado de la Fuerza de Tarea que gestiona la sepultura de los cuerpos.
El funcionario aseguró que durante la última semana se han levantando alrededor de 500 cadáveres en domicilios y hospitales de Guayaquil y se han emitido 450 actas de defunción.