¡Dios mío, en manos de quién estamos! Por: Marlon S. Jiménez García
¡Dios mío, en manos de quién estamos!
Por: Marlon S. Jiménez García
Es preocupante, triste y angustioso ver lo que está ocurriendo en mi país en todos los ámbitos del quehacer nacional; los poderes públicos rompiendo los esquemas filosóficos de la Constitución Nacional de autonomía e independencia, están supeditados al Poder Ejecutivo, y, éste último obedece órdenes (incluyendo babalaos y santerías) de los comunistas de Cuba; es decir, el Poder Moral, el Electoral, el TSJ y la propia FANB, son apéndices directos y obedientes de la dictadura cubana. Nuestro país está viviendo una encrucijada muy difícil, jamás vista en nuestra historia republicana. Nunca antes habíamos tenido un gobierno depredador, antipatriota, conformado desde sus entrañas por gente de mal aspecto, inmorales, ruines en su actitud y aptitud, inescrupulosos, gustosos espiritualmente de lo que no les pertenece, TODOS sus integrantes están hechos de la misma manera; es decir, desde Miraflores dan el ejemplo a seguir, y éste es consecuentemente cumplido por todos los estamentos derivados del accionar `propio del régimen. Ese ejemplo, no es otro que utilizar lo gubernamental para enriquecerse ilegalmente de nuestros recursos; de allí las mafias que, como un todo, actúan sincrónicamente para expoliar la patria y a su gente. ¡Dios mío, en manos de quién estamos!
No hay excepción en éstas andanzas, desde Chávez su fundador, sin duda, de estos movimientos malsanos; toda la intencionalidad del régimen es robar, narcotráfico, usufrutuar nuestras riquezas naturales, arruinar nuestras principales fuerzas motrices de la economía, empezando por la más importante, PDVSA que, al ser asolada, significó la decadencia de nuestra otrora potencialidad económica. Maduro, con buenos asesores, todos cubanos, radicalizaron la “filosofía de acción gubernamental comunista”; especializaron el PECULADO DE USO como política “neo populista” de diversificar los ingresos del Estado y repartir un 90% (incluyendo a los parásitos cubanos) para sus integrantes y un 10% para el lumpen que los acompaña. ¡Dios mío, en manos de quién estamos!
De ésta estrategia comunista, extrapolada del gobierno anterior (el comandante eternamente enterrado), nacieron figuras que fraguaron en connivencia con el jefe supremo un efecto tangible de riqueza mal concebida: el tuerto Andrade, la enfermera Nancy, el pollo Carvajal y el súper numerario Álex Saab, entre muchísimos otros. Éstos se convirtieron en personajes importantes y supranacionales, que se hicieron millonarios a expensas de la confianza dada, cometieron ilícitos internacionales con negocios y el dinero mal concebido y hoy, gracias a la justicia internacional están tras las rejas. Ellos están al tanto, como protagonistas de primera línea, de todo ese entramado de corrupción que ha imperado en estos 22 años de la Revolución maldita que, a mala hora, penetró a nuestro pueblo. De este movimiento corrupto de escala gigantesca, destaca de manera objetiva un personaje de nacionalidad colombiana, con contactos con el comunismo y redes internacionales de la mafia(tiene relación intrínseca con Irán, Turquía y “grupos terroristas” del medio oriente)de apellido SAAB, quien, aprovechándose de la precaria situación del país, se alía con el Maduro naciendo una “relación forajida” pero de mucho interés para ambos, terminando en una relación de “testaferro” el primero del segundo. Maduro, acusado por ese y otros delitos, sobre todo por la violación de los DDHH hacia el pueblo venezolano, ante la CPI, vive un trauma terrible en su conciencia, hasta el punto que no le interesa, para nada, que lo involucren directamente en actos de corrupción con su nuevo socio y utiliza la fuerza del Estado, sin tapujo, para salir a defenderlo antes en Cabo Verde para frenar su EXTRADICIÓN y ahora en EE. UU luego de haberse concretado. “Le importa más su dinero que cualquier otra cosa y para no perderlo es capaz de pactar hasta con el Diablo”. ¡Dios mío, en manos de quién estamos!
En el ámbito jurídico, el TSJ se ha convertido en el instrumento protagónico de la defensa ideológica del comunismo, permitiendo la “depravación legal” a favor de la impunidad generalizada, que permite la participación del régimen en delitos como: el robo del erario nacional de una manera inescrupulosa y grosera (hasta el punto que quien no robe, es considerado a lo interno como un “güevon”) creando normas, que obnubilan la AN fraudulenta y que tampoco es reconocida por la Comunidad Internacional; actúan con desfachatez ante la CN, de manera irracional, sin importarle un carajo lo que pueda ocurrir en la sociedad venezolana y que están forjando un escenario de confrontación que puede devenir en situaciones de violencia; y por supuesto, de muertes y creen que el alto mando militar, también comprometidos con la dictadura cubana, va a defender al comunismo en el poder, y si tiene que usar las bayonetas, tanques, aviones y fragatas, contra los opositores, que hoy representan el 85 % de la población, lo van a hacer. ¡Dios mío, en manos de quién estamos!
El Poder Judicial es una deshonra, es un oprobio, que merece el mayor rechazo de la sociedad en general; todas sus decisiones están amarradas a designios antipatriotas y a ideologías decadentes en el mundo moderno. La filosofía de acción de los miembros del TSJ rompe los esquemas de la ecuanimidad por el de la parcialidad. Nunca en toda la historia democrática del país, habíamos tenido un Poder Judicial tan envilecido, deseoso de permanecer en los cargos, como estos del régimen comunista. El caso del TESTAFERRO del Maduro, tanta inmundicia declararlo “embajador plenipotenciario” es la gota que derramó el vaso, “formalizar lo que de hecho es un delito y una inconstitucionalidad”. ¡Dios mío, en manos de quién estamos!
La consigna de “arrechera” de nuestro pueblo es SALIR ya de esta plaga maligna que la gobierna; el art. 72 de la Constitución nacional sobre el revocatorio a los cargos de elección popular más explícito es imposible que pueda ser. Sin embargo, les ruego a mi pueblo el 21-11 votemos por Manuel y Rafael, empecemos el cambio.
Profesor Universitario
@marjimgar