Las mujeres y el emprendimiento: un modelo a seguir en la región
Dr. Ronny González, Ph.D.
Octubre 30, 2019
Dado su enorme potencial, los negocios propiedad de mujeres son una pieza natural como proveedores de grandes corporaciones y gobiernos. En la actualidad, el gasto mundial en proveedores diversos está enfocado a nuevas fuentes de innovación y excelencia. Lo que está claro es que solamente una fracción del gobierno y las grandes corporaciones buscan activamente contratar negocios en propiedades de las mujeres. Ayudar a las mujeres a ganar contratos con el gobierno, al menos en Estados Unidos, donde por medio de programas se alienta a que el 5% de todos los contratos de negocios sean propiedad de mujeres, en la actualidad están en el 3.4%. Muchas mujeres propietarias de negocios no saben de los contratos de Gobierno o creen en algunos casos que el engorroso papeleo les puede perjudicar y que no vale la pena. Pero estos programas ayudan a que todo esto se revierta y sea una fuente importante de distribución del dinero de obra pública.
Cabe señalar, que el mundo no se emocionó cuando un economista de línea suave fundó una institución financiera en 1976, el Banco Grameen, en su nativa Bangladesh. Décadas más tarde, Muhammad Yunus ganó el premio Nobel de la Paz al instaurar la revolución del microcrédito y mejorar las condiciones de vida de millones de pobres en el mundo.
En los últimos 33 años, el Banco Grameen ha entregado más de US$2 billones en préstamos a microempresarios, la gran mayoría de los cuales son mujeres. Bangladesh, una vez calificado como “caso perdido” por los responsables políticos, ha logrado avances notables hacia la reducción de la pobreza. Los periodistas Nicholas Kristof y Sheryl WuDunn consideran que una razón para ello es la importante inversión del país en la educación de mujeres y niñas. “El resultado es que Bangladesh hoy cuenta con una significativa sociedad civil y una importante industria de confección de ropa llena de mujeres trabajadoras que impulsan un dinámico sector exportador”. Escriben ellos en su libro Mitad del Cielo: Transformando la opresión en oportunidades para el mundo de las mujeres.
Las políticas nacionales no son difíciles de cambiar; sin embargo, la principal forma de impulsar el crecimiento de los negocios liderados por mujeres es cambiar las leyes discriminatorias y las condiciones de negocios que las ponen en riesgo en muchas partes del mundo. Es esencial que aquellos que definen las políticas y las empresas líderes se avoquen y apoyen las reformas legales, regulatorias y administrativas necesarias.
Se necesitan acciones concretas para obtener resultados concretos. Las microfinanzas son un importante primer paso, pero el crecimiento necesario para reactivar nuestra economía necesita muchas más microempresas. Impulsar los negocios propiedad de mujeres más allá de su creación requiere de esfuerzo importante. En nuestras conversaciones con mujeres emprendedoras alrededor de América Latina ellas mencionan la importancia de una visión y estrategia para sus negocios, tener las metas claras y rutas específicas para llegar a ellas. Algunos programas e iniciativas que existen, aun cuando tienen buenas intenciones, no han logrado subsanar esta necesidad de manera sistemática. El impacto económico pone de relieve la brecha, haciendo notar que sus datos “subrayan la falta de conocimiento que hoy día existe sobre la manera de hacer crecer el negocio desde el punto A hasta el punto B, empezando como un empleado de la firma y moviéndose de ser el técnico experto a ser el líder de negocios”. Al mismo tiempo es mayor entre las mujeres, lo que podría deberse a un reflejo de la falta de oportunidad y flexibilidad que se presenta para ellas en las grandes corporaciones. Está en nuestras manos, entonces, conectar los puntos: tomar este amplio grupo de dueñas de empresas motivadas e invertir en esfuerzos programados para apoyarlas, liberando una fuerza grandiosa para la recuperación de la economía a nivel mundial.
Como es una costumbre en sociología el término punto de inflexión se describe la transformación que se da cuando un movimiento para el cambio llega al punto donde se convierte en la fuerza inexorable, el momento de la masa crítica, el umbral, el punto de ebullición, por ello las mujeres son el umbral. Conforme vayamos saliendo de una crisis económica histórica, un impulso vital será necesario para hacer de las mujeres empresarias una fuerza imparable de transformación positiva.