La desigualdad un mal que aqueja al mundo
Dr. Ronny González, Ph.D.
Octubre 21, 2019
El 10% de la población mundial, 736 millones de personas, sobreviven cada día con menos de 1,90 dólares. Son extremadamente pobres… económicamente. Estar por encima de este nivel de ingresos no asegura automáticamente tener una vida digna, se tiene un retrete, se come al menos tres veces al día y los hijos no mueren de una diarrea.
Con datos sobre desnutrición, años de escolarización, estado de las viviendas, el combustible con el que cocinan y así hasta 10 indicadores sobre salud, educación y nivel de vida, los autores han sido capaces de calcular no solo el número de pobres multidimensionales —que sufren carencias de al menos un tercio de estos indicadores—, sino también el grado, en función del tipo, la cantidad e intensidad de las privaciones, e incluso dónde viven y qué edad tienen.
En el continente, la tasa de pobreza se mantuvo en 30,2% según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). La pobreza absoluta en América Latina tiene una fuerte incidencia en la región con resultados heterogéneos según la nación. Según los índices de 18 países analizados, la pobreza extrema cayó a 9,1%.
Dicha pobreza la padecen aquellas personas cuyos ingresos no son suficientes para obtener los nutrientes mínimos necesarios, dichas cifras en muchas ocasiones difieren de las oficiales de cada país, pues para poder comparar, ésta aplica una metodología común, en tanto que las oficiales tienen mecanismos diferentes de cálculo en cada una de las naciones.
Chile, Argentina, Brasil y Costa Rica, lideraron el ranking de los países con menos población en estado de vulnerabilidad económica con índices por debajo de 5%, que contrastan con el de otros países que supera 30%. Para 2019, el podio podría cambiar debido a la crisis económica de Buenos Aires y el panorama que atraviesa Brasilia con la presidencia de Jair Bolsonaro.
Según los índices de pobreza, Chile con 13,7%, Costa Rica con 16,5% y Panamá con 17% son los países con menor pobreza en la región. Caso contrario sucede con Honduras (53,2%), Guatemala (50,5%) y Nicaragua (46,3%) que tienen los niveles más altos de pobreza.
Al analizar los países con mayores reducciones de la pobreza en el período 2012-2017, se observa que en El Salvador, Chile y la República Dominicana, el aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos fue la fuente que más contribuyó a esa disminución, mientras que en Costa Rica, Panamá y Uruguay, el principal factor fueron las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos.
La tendencia general en la reducción de las tasas se ve reflejada en Bolivia, que pasó de registrar una pobreza extrema de 34,2% en 2002 a 14,7% en 2016, una reducción considerable de 19,5 puntos porcentuales en 14 años que ubica al país de los Aymara como el que más avances ha hecho en contra de este flagelo en toda la región. Esto corrobora la importancia de dotar de más recursos a la población en situación de pobreza, combinando el fortalecimiento de los ingresos laborales con la provisión de transferencias públicas y el fortalecimiento de los sistemas de protección social.
México y Venezuela fueron los únicos países que no cumplieron con su tarea, ambas naciones registraron aumentos de 1,3% y de 4,8% respectivamente en este campo. Colombia tuvo un desempeño positivo en la contracción de este índice, que pasó de 23,8% a 12% desde 2002 hasta 2016. Las mejoras se atribuyen al aumento en la cobertura de los programas gubernamentales.
El informe también pone de manifiesto las brechas existentes entre los diferentes grupos poblacionales y de área de residencia. Según se observa, la pobreza es un 20% mayor en las zonas rurales y afecta en un 23% más a la población indígena. Además, la tasa de pobreza de niños y adolescentes es 19% más que en las personas de entre 35 y 44 años.
También entre las grandes potencias latinoamericanas existen disparidades. Países como México mantienen elevados niveles de población empobrecida, al igual que Venezuela, aunque en este caso se debe al rápido aumento durante los últimos años por la grave crisis que vive el país; Colombia y Brasil se encuentran en niveles medios de la región, y quienes más han conseguido reducir la pobreza son los países del Cono Sur —Argentina, Chile y Uruguay—, que son a su vez los que mayor dinamismo económico a nivel histórico han mostrado en la región latinoamericana.