Transición y desarrollo en la Región
Dr. Ronny González, Ph.D.
Octubre 14, 2019
La región Latinoamericana y del Caribe tiene la oportunidad de avanzar hacia los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, al repensar el concepto de desarrollo, las estrategias que los países deben adoptar y la función de la cooperación internacional para facilitar estos esfuerzos.
Frente a este contexto cambiante, se destaca la necesidad de aumentar las capacidades institucionales internas y adoptar modalidades más innovadoras de cooperación internacional para el desarrollo. La estrategia se fundamenta en varias razones:
En primer lugar, el avance hacia niveles más altos de ingresos de los países de la región crea nuevos retos de desarrollo. Estos retos son cada vez más complejos y deben ser transformados en oportunidades de mayor desarrollo.
En segundo lugar, la región ha alcanzado niveles de producto interno bruto (PIB) per cápita en los que el ingreso pierde relevancia como componente del bienestar. Esto sugiere la necesidad de contar con una estrategia multidimensional del desarrollo.
En tercer lugar, el contexto global está ganando complejidad. Las políticas públicas tradicionales resultan insuficientes ante el surgimiento de nuevas mega-tendencias y nuevos actores en el escenario mundial. Es por ello que la región necesita estrategias de políticas públicas innovadoras para apoyar un desarrollo incluyente y sostenible.
Para responder a estos desafíos tanto a nivel nacional como global, es imperiosa la necesidad de mejorar las capacidades nacionales:
- Una mejor elaboración de políticas públicas para el desarrollo, que comprende cuestiones relacionadas con continuar construyendo capacidades técnicas para diseñar, implementar, monitorear y evaluar los planes nacionales de desarrollo estratégicos.
- Un mejor financiamiento para el desarrollo, centrado en la movilización sostenible de recursos nacionales para el desarrollo, tanto públicos como privados, destinados a invertir en políticas públicas estructurales y a promover la agenda de desarrollo sostenible.
Fortalecer la cooperación internacional:
- Promover alianzas entre países de diferentes niveles de desarrollo, que participen como pares para afrontar desafíos políticos específicos y compartidos.
- Situar las estrategias nacionales en el centro del debate y fortalecer las capacidades internas de los países para llevarlas a cabo.
- Incluir una batería de herramientas, modalidades e instrumentos de cooperación internacional ampliada que incorpore los conocimientos especializados de una amplia gama de actores, promoviendo un enfoque gubernamental transversal, coordinado e integrado.
Estas recomendaciones plantean estrategias de política pública para superar las trampas del desarrollo y transformarlas en oportunidades de progreso. De tal forma, deben ayudar a la región a alcanzar una mejor inserción en la economía mundial, un compromiso firme con la agenda mundial de desarrollo sostenible.
Estas políticas públicas se deben enfocar en retos estructurales como la baja productividad, la vulnerabilidad social, los persistentes índices de desigualdad y el descontento cada vez mayor de los ciudadanos. Aunque los países de la región han aumentado su nivel de ingresos, aún enfrentan retos que perduran y otros nuevos que han aparecido precisamente como resultado del avance hacia mayores niveles de renta. Entre las trampas del desarrollo que aparecen en el camino se incluyen las siguientes:
- La trampa de la productividad: La región registra niveles de productividad bajos en todos los sectores, debido a una estructura de exportación concentrada en el sector primario, de extracción y de bajo grado de sofisticación.
- La trampa de la vulnerabilidad social: La mayoría de quienes escaparon de la pobreza en la región forman parte de una creciente clase media vulnerable (40% de la población). Se enfrentan a un círculo vicioso de empleos de mala calidad, protección social deficiente e ingreso volátil que los deja en condición vulnerable y los pone en riesgo de volver a caer en la pobreza.
- La trampa institucional: Pese a los avances logrados en los últimos años, las instituciones no han podido responder a las crecientes demandas de los ciudadanos.
- La trampa medioambiental: Muchas economías de la región hacen uso intensivo de materiales y recursos naturales, lo que podría llevarlas a una dinámica insostenible en términos ambientales y económicos.
Se necesitan acciones de política para pasar de estos círculos viciosos a círculos virtuosos del desarrollo. Fortalecer las capacidades internas en estrecha alianza con la cooperación internacional es fundamental para afrontar los desafíos de la región en un entorno global más complejo. Esto debe hacerse sin olvidar la importancia de preservar los bienes públicos globales y de coordinar las estrategias internas con la agenda global de desarrollo sostenible.