¿Hacia dónde va costa rica? Por: Dr. Ronny González, Ph.D.
¿Hacia dónde va costa rica?
Dr. Ronny González, Ph.D
Precisar ¿hacia dónde va Costa Rica?, es decir, qué ruta lleva hacia la prosperidad, no es clara; en este momento el gobierno en el corto plazo no tiene una salida o bien, un camino certero a recorrer, está dando algunos tumbos para arreglar faltantes de dinero creados producto de malos controles, la incertidumbre y falta de acción de los últimos años. Claro está que no se le puede imputar toda la responsabilidad al gobierno actual, eso sería como culpar al médico por 40 años de mala alimentación y falta de ejercicio. En este momento los encargados de fijar las líneas a seguir, debieran tener la estrategia definida o el rumbo trazado, así como, las acciones medulares claras para recuperar una buena salud, en nuestro caso saber que el país avanza, aunque sea lento, pero, que se vea que vamos para adelante; llevamos ya un año y no se divisan en el horizonte dichas acciones; lo que si vemos son, por un lado, los faltantes de dinero, los conocidos casos hasta ahora del cemento chino, el hueco fiscal, Aldesa y los que no conocemos aún, donde hasta no se investigue esta maraña lúgubre de dineros, que se desconocen si realmente llegarán a su fin. Lo cierto del caso es que existe una llave abierta donde con honda pericia e influencias corre el dinero y lo que queda es apretar a la clase trabajadora, pilar de la sociedad y economía, con paquetes fiscales que quedan perennemente engrosando el flujo de dinero de dicha llave. Por otro lado, el aparato estatal sigue creciendo, no se ve por ningún lado que éste disminuya o bien sea más eficiente, no se ve un estado como ente organizador, administrador y mucho menos controlador del erario público, si le adicionamos, que el mismo está plagado de reprocesos y una falta de seriedad en la aplicación de la Ley de Simplificación de Trámites, por cuanto, nos seguimos llenando de una tramitología excesiva que no nos lleva a ningún lado, con altas pérdidas de tiempo y dinero por parte de los usuarios, sean estos personas físicas o jurídicas.
Entonces, asumamos que tenemos un estado grande en pro de realizar ágilmente los procesos a los ciudadanos y empresarios del país. Siendo esta premisa válida, no tenemos cómo evaluar la productividad de las instituciones de gobierno y menos tener un dato certero sobre el desempeño del mismo, ya que ni tan siquiera está dentro de los estándares normales, esto por cuanto no tenemos las métricas respectivas para determinarlo. Al día de hoy, no existen las herramientas adecuadas para generar información certera del desempeño gubernamental o estatal. A pesar de que se habla de un estado anquilosado en el tiempo, se carece de estrategias para medir y ver qué se realiza y cuánto se destina en dinero eficientemente al mismo, saber cuál es la productividad del estado está lejos de poder determinarse con herramientas que no generen incertidumbre, y eso, sin tomar en consideración la productividad de la creación de infraestructura que vemos que los millones de colones se van en trabajos con un bajo nivel de cumplimiento en los requerimientos mínimos de su creación.
Tenemos datos alarmantes producto del déficit de dinero, que se generan desempleos que en la actualidad superan a los 400.000 ciudadanos. Sólo hagamos un breve análisis al respecto: en Costa Rica la edad de retiro es de 65 para hombres y 60 para mujeres, de momento, ésto quiere decir que la conjugación de generaciones en los empleos existentes va desde la Generación de los Baby Boom, algunos de salida y que casi podríamos decir que son los últimos en recibir “pensión” hasta la ya pujante Generación Z ingresando al mundo laboral, ¡si es que encuentran trabajo! y donde tenemos muchos “ninis”. Es decir, nuestra masa laboral tiene un alto contenido de personas con experiencia, pero tecnológicamente no adaptada, además con deficiencias en el manejo de otro idioma aparte del español, dicho de otra forma, si usted cuenta en este momento con 40 años o más, posee amplia experiencia en su campo, carece de dominio tecnológico y una segunda lengua, y además está desempleado, es una situación que inicia con el deterioro social. Esto llevará a que se tenga que mover en ámbitos de autoempleo en el mejor de los casos si posee títulos universitarios que lo respalden ¿y si no?, ¿qué opciones ofrece el país en éste momento? ¿y si toma la senda de hacer su emprendimiento?; esto significa que debe entrar en el oscuro mundo de la tramitología del estado para poder formalizar o deberá navegar en las aguas de la informalidad para mantenerse?
Necesitamos fuentes de empleo para las personas de esa masa laboral que en este momento es gente productiva, que carece de algunas herramientas pero que le restan 20 o 30 años de vida útil y que conforman nuestro país, personas con gran experiencia, que no se han actualizado por las razones que sean pero que son el sustento para su familia y pieza productiva en el accionar nacional, estas son las respuestas que la sociedad costarricense necesita, pensar en las generaciones jóvenes, pero también pensar en aquellas que el cambio tecnológico y el cambio de las necesidades de las empresas se los está llevando. De ahí mi pregunta ¿En quiénes pensamos cuándo generamos fuentes de empleo? ¿hacia dónde va Costa Rica?