Colombianos: ¿continúan por el camino del machismo?
NOTI-AMERICA | COLOMBIA
Históricamente, la hombría, como constructo socio-cultural, ha sido asociada con los atributos de la fisionomía humana, actitudes rudas e implacables, altos niveles de testosterona, entre otros aspectos. Sin embargo, el auge de los movimientos sociales y otras coyunturas generacionales, ha permitido reflexionar sobre las connotaciones en torno a ser hombre, mujer, entre otros roles de la sociedad.
Un estudio realizado recientemente por Provokers, Investigación & Consultora Estratégica, encuestó a 1.000 hombres entre los 16 y 65 años de varios países de América Latina, entre ellos Colombia, para analizar sus percepciones sobre la masculinidad, el machismo, las relaciones interpersonales y otros aspectos.
Entre los hallazgos principales, se destaca que el 35% de los hombres afirma que ser hombre hoy es ser más empático, abierto, estar presente para los hijos y ser equitativo con la pareja. Sin embargo, 1 de cada 4 aún legitima paradigmas tradicionales como que para ser hombre, se debe ser fuerte, exitoso, proveedor y sostén económico del hogar. Asimismo, un 85% cree que es negativo exponer sus emociones y/o sentimientos con otros hombres.
De igual forma, un 91% concuerda con que es necesaria la equidad de género y un 61% sueña con que en el futuro la sociedad deberá ser más justa con las mujeres. Pero, a pesar de esto, un 50% considera como negativo hablar de feminismo con otros hombres porque no se logran acuerdos o se toma con ironía y/o burla.
“A simple vista, pareciera que el estudio evidenciara una confusión en los hombres frente a la nueva masculinidad y las expectativas que la sociedad tiene de ellos. Diversos aspectos sobre los que ellos reflexionan hacen parte del proceso de transformación que los hombres, y el mundo en general, están atravesando social, cultural, mental y afectivamente. Ahora se permiten replantear paradigmas y sistemas de creencias que antes eran verdades absolutas en relación con la masculinidad, la vulnerabilidad, las relaciones interpersonales, entre otros ámbitos, pero pareciera que no es del todo claro, cómo ser hombre hoy”, comenta Paula Duque Naranjo, Gerente de Planeación Estratégica para Provokers Colombia.
La salud mental y vanidad
Además de Halloween, Octubre es el Mes Mundial de la Salud Mental, siendo el día 10 su clímax, y vale la pena destacar que, contrario a algunas creencias tradicionales, los hombres enfrentan múltiples desafíos en este rubro. Y es que la tasa de suicidios es 4 veces más alta en hombres que mujeres y un 12% asiste a terapia, coaching o algún tipo de ayuda espiritual.
Adicionalmente, 1 de cada 4 hombres dice sentirse criticado por el solo hecho de ser hombre y un 71% prefiere guardarse su opinión frente algunos temas cuando hay mujeres, por miedo a que lo tilden de violento o machista.
Ahora bien, aunque el 49% de los hombres describen su forma de vestir como tradicional, un 35%, principalmente de las nuevas generaciones, Gen Z, describe preferencias que evidencian vanidad. Prueba de ello es que el 30% de los hombres de la generación centennial tiene rutinas de cuidado facial y un 36% se depila.
Encontrando la pareja ideal
Por otro lado, THT, multinacional experta en predecir el comportamiento humano, realizó una investigación sobre la alineación de parejas, abarcando a 53 parejas que conviven —y en algunos casos, también trabajan juntas (22%)—, así como una muestra más amplia de 14,945 personas. El estudio reveló que los hombres tienden a ser más rigurosos, mientras que las mujeres suelen ser más conciliadoras, destacando que cada pareja encuentra su propia fórmula para lograr la alineación, por lo que no hay fórmula de éxito concluyente.
Asimismo, se identificó que la clave para mantener una relación a lo largo del tiempo radica en varios factores de personalidad, aunque no se encontró una correlación directa entre la duración de la relación y la compatibilidad de perfiles. Factores como la compatibilidad emocional, la estabilidad, la flexibilidad para adaptarse a nuevas circunstancias, una comunicación abierta y asertiva, así como el compromiso mutuo, resultan esenciales.