Samuel Castillo promueve la música popular rumana
El músico y percusionista venezolano, Samuel Castillo usó un método muy diferente al de todos para adaptarse a la cultura rumana. Sintiendo respeto y admiración por la música popular rumana. Acompaña las melodías de éste hermoso país con uno de sus instrumentos musicales venezolanos “Las Maracas».
Castillo, utiliza todas las técnicas que conoce de este instrumento el cual es fabricado con materiales de los llanos venezolanos y de la selva amazónica. Instrumento que tiene origen en las tribus indígenas el cual se usaban en ceremonias, está muy asociado a la espiritualidad y a la sanación.
Castillo expresa que le ha sido difícil aprender el idioma, pero le gusta mucho y lo estudia a diario “leo libros con mis dos mejores amigas «Roberta y Gabrielita» todas las semanas compartimos una buena comida y buenas lecturas” señaló.
Afirma, que la música popular rumana y su vestuario son obras de arte muy hermosas y llamativas. También la arquitectura de las ciudades es muy atractiva.
Cabe destacar que Castillo sintió pasión por conocer Rumania, porque en Venezuela existe una iglesia rumana. La Iglesia de San Constantino y Santa Elena. Está ubicada en el Municipio El Hatillo al este de Caracas. Una zona muy exclusiva y bonita de Venezuela dónde él transitaba continuamente por sus labores como productor musical.
Dicha iglesia fue donada por la Iglesia ortodoxa rumana de Venezuela y el Gobierno de Rumania a la comunidad ortodoxa residente en la capital de Venezuela. Sólo existen 15 templos religiosos de este tipo en el mundo y sólo dos de ellos están fuera de Rumania. Fue edificada por artesanos originarios del distrito de Maramureş en Transilvania, fue ensamblada sin clavos ni objetos metálicos en su estructura.
La totalidad de las piezas de madera para los techos y paredes, fueron traídas de Rumania y ensambladas en Venezuela sin el uso de clavos u objetos metálicos, según tradiciones sagradas para evitar semejanzas con los herrajes y martirios de la crucifixión.
Castillo lleva cuatro años en Rumania, es ejemplo del venezolano talentoso, trabajador y esforzado. Su mayor deseo es seguir promoviendo la música popular rumana en Latinoamérica.