Azul Barichara: azul profundo
NOTI-AMERICA | COLOMBIA
La artista Ángela Jiménez presenta la exposición Azul Barichara del 16 de agosto al 30 de septiembre en la sala de exposiciones del Centro Colombo Americano Bogotá.
La exposición se basa en una investigación de dos años de la artista sobre el color azul índigo y el modo de obtención de este pigmento a través de una planta llamada añil. Azul Barichara busca promover prácticas de manufactura amigables con los recursos naturales y que generen oportunidades económicas para los habitantes del municipio santandereano.
Barichara en Santander es considerado como uno de los pueblos más lindos de Colombia y desde 1.975 fue declarado Monumento Nacional, una distinción a la que se le agregó ser nombrado Patrimonio Cultural de la Nación en 1978. Por sus calles empedradas y sus casas de tapias blancas y tejas rojizas pasan tanto habitantes como visitantes nacionales o extranjeros que han elegido a este municipio como sitio de descanso temporal o permanente. Ángela Jiménez, una arquitecta bogotana de nacimiento, pero de corazón barichara o patiamarilla, como conocen a los nacidos allí, lleva más de cuarenta años trabajando en pro de la cultura, la educación y el medio ambiente del pueblo santandereano. Azul Barichara es su nueva exposición que estará en Centro Colombo Americano Bogotá del 16 de agosto al 30 de septiembre bajo la curaduría de Diego Correa.
“Gracias al trabajo en conjunto con la red de Centros Colombo Americanos del país y que nos permite realizar itinerancias de diferentes proyectos culturales de Bogotá hacía las regiones y viceversa, hemos traído desde el Centro Colombo Americano Bucaramanga esta exposición de la arquitecta y artista bogotana radicada en Barichara, Santander, Ángela Jiménez. Azul Barichara les permitirá a nuestros públicos de la capital conocer la larga historia de la producción del añil o azul índigo y las nuevas formas de construir un equilibrio armonioso entre tradición, producción y medio ambiente. Azul Barichara rescata del olvido no solo un color, sino saberes ancestrales que pueden florecer de nuevo”, afirma Maricela Vélez, directora cultural del Centro Colombo Americano de Bogotá.
Azul Barichara es el resultado de una investigación de dos años en la cual la artista, que previamente había trabajado en la elaboración de papel con fibras naturales, piña, fique, morera y algodón, quiso conocer más sobre algo de lo que había oído hablar en el pueblo: el cultivo de una planta llamada añil de la que se extraía un pigmento de color azul índigo. “Yo me he dedicado a la manufactura del papel. Entonces me parecía el complemento perfecto el hacer papel y pintar con índigo sobre ese papel. El índigo viene de la India y es ese color azul que se ha popularizado en Estados Unidos por los blue jeans. Cada cultura ha encontrado el índigo en alguna planta: en África es una, en Asia es otra, aquí en América tenemos la nuestra. Aquí en Barichara, yo le había oído a un paisano, Juan Carlos Prada, contarme que su abuelo se dedicaba a extraer el índigo”, explica Ángela Jiménez.
La artista luego de conocer la planta del añil, que crece silvestre en las veredas de Barichara, siguió investigando en libros e Internet sobre un tema que, como una cebolla, tiene muchas capas: botánica, química, arte, moda, historia, economía y medio ambiente. Botánica por la planta Indigofera tinctoria. Química por el proceso de extracción del pigmento. Arte por los significados que ha tenido el color azul en la pintura universal. Historia porque el añil se ha utilizado en Barichara desde la época precolombina por los guanes, indígenas de la región, pasando por la Colonia y el siglo XIX. Moda porque el añil tiñó telas de ropa que vistieron campesinos y soldados anónimos o heroínas famosas como Policarpa Salavarrieta el día de su ejecución por parte de los españoles. Economía porque junto al tabaco y la quinua fue un cultivo que pudo insertarse en el mercado mundial y que después fracasó por diversas circunstancias externas e internas. Y medio ambiente porque la producción de añil puede ser una oportunidad económica para habitantes de la zona, si se crea un ecosistema que vincule a productores, artesanos, artistas y otros actores de sectores como las artes plásticas, la literatura o la moda.
Sobre Azul Barichara:
“Ángela Jiménez recupera una técnica de obtención del color que tuvo incidencia comercial en los países de América del siglo XVII al XIX. Esa técnica es la extracción de la pasta de añil que originalmente se utilizaba para tinturar de azul telas tanto en pueblos indígenas como durante la Colonia y la República. Otro objetivo es mostrar cómo una artista de ciudad regresa a las montañas de Santander y decide observar su entorno, analizar su entorno, pero con una visión técnica de la tradición, de la preservación y de la recuperación para lograr una expresión personal”, Diego Correa, Curador.
“En este proceso de reconstrucción de memoria llama la atención que rescoldos muy pequeños de una actividad, como los recuerdos que guarda un nieto de las historias de un abuelo, pueden permitir resurgimientos como el que se ha dado con el añil. Igualmente se observa que herramientas de comunicación, como el internet, jugaron un papel fundamental dentro de la investigación que permitió obtenerlo. El deseo de contar con un bello azul, la investigación, la experimentación, la persistencia y los recursos fueron indispensables para recuperar la producción del añil”, Marta Herrera, autora, investigadora y profesora titular del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes
“Al azul que queda en la memoria y a los indígenas del futuro que quieran revivir este delicado y noble oficio”, Ángela Jiménez, artista.