Deepfake: la ciberamenaza que crece a un ritmo anual del 900%
NOTI-AMERICA | COLOMBIA
Difamación, desacreditación personal y hasta impacto negativo en la reputación y confianza de una marca, son algunas de las consecuencias que puede acarrear la evolución del deepfake. Ahora los especialistas comparten algunos consejos para contrarrestar esta amenaza y salvaguardar a la sociedad.
A medida que nacen nuevos desarrollos tecnológicos, también se diversifican las formas en que las personas hacen uso de estos. Recientemente, el avance de la Inteligencia Artificial (IA) ha dado lugar a una nueva arma en manos de los ciberdelincuentes: el deepfake. Esta perturbadora técnica, respaldada por algoritmos conocidos como GAN (Generative Adversarial Networks) o RGA (Redes Generativas Antagónicas), permite la creación de imágenes falsas, ya sean fotografías, vídeos o audios, que resultan increíblemente realistas, con el fin de cometer estafas virtuales o engaños en línea.
Según datos del Foro Económico Mundial el deepfake crece a un ritmo anual del 900%. Estas cifras son una muestra de cómo ha escalado este ciberdelito en todo el mundo, con el fin no solo de cometer fraudes, chantajes, manipulación o afectar la reputación de un individuo o empresas, sino también fomentar la desinformación a través de “fake news”.
“La continua evolución de esta tecnología basada en IA, plantea una amenaza creciente que puede tener un impacto significativo en la vida personal de las personas y en la reputación de las marcas. La sofisticación en la creación de imágenes y videos falsos exige una mayor atención para identificar posibles vulnerabilidades y proteger nuestra sociedad en constante cambio”, expresó José Castro, gerente general de Noventiq Colombia.
La capacidad de manipular rostros, voces y expresiones con una precisión sorprendente plantea serios desafíos a la hora de discernir entre lo auténtico y lo falso. En este sentido, desde la empresa especialista comparten algunas estrategias para contrarrestar el deepfake.
- Concientización y educación: La batalla contra el deepfake comienza con la concientización y la educación. Es fundamental que todos, desde el público en general hasta los profesionales y empresas, comprendan qué es el deepfake, cómo funciona y cómo se puede reconocer en algunos casos.
- Fortalecimiento de la autenticidad digital: las plataformas tecnológicas deben invertir en tecnologías de autenticación robustas que permitan verificar la legitimidad de los contenidos compartidos en línea. Algoritmos de reconocimiento facial y de voz, así como marcas de agua digitales, pueden desempeñar un papel crucial en la protección de la integridad de los archivos multimedia.
- Colaboración y cooperación: la lucha contra el deepfake requiere un esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas tecnológicas, instituciones académicas y sociedad civil. Se deben establecer alianzas sólidas para compartir conocimientos, recursos y mejores prácticas en la detección y mitigación de deepfakes. Además, la colaboración internacional es fundamental para abordar este desafío global y establecer estándares comunes que promuevan la integridad y la autenticidad en los medios digitales.
- Legislación y regulación: en ciudades como California ya se han impuesto leyes contra el uso del deepfake en aspectos pornográficos y políticos. Esto demuestra que los gobiernos deben trabajar en conjunto para establecer marcos legales que penalicen la producción y difusión de deepfakes con intención maliciosa.
“Aunque existen ciertos indicios que pueden ayudar a detectar deepfakes, como movimientos bruscos o inconsistencias en la iluminación, no debemos subestimar la sofisticación de esta amenaza. Por lo que se requiere un enfoque holístico que combine la educación y capacitación respecto a la ciberseguridad, desarrollo de tecnologías avanzadas, la implementación de legislaciones adecuadas y una colaboración estrecha entre diversos actores. Solo así podremos contrarrestar el avance del deepfake y preservar la autenticidad de la información en la era digital”. Concluyeron desde Noventiq.