El menor crecimiento del comercio, la apreciación del dólar y el endurecimiento de las condiciones financieras globales son algunos de los factores que afectarán el repunte económico de los países de la región, alertó este martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), previendo para la zona un crecimiento promedio de 2,7% en 2022.
En la conferencia de prensa de presentación de su Estudio Económico 2022, celebrada en Santiago de Chile, la CEPAL actualizó sus grises proyecciones de crecimiento para las subregiones en el año en curso: América del Sur, 2,6% frente al 6,9% de 2021; el grupo formado por Centroamérica y México, 2,5% en comparación con un 5,7% del año anterior; y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana, con respecto al 4,0% del año pasado.
La CEPAL aclaró que estos pronósticos son promedios que esconden muchas realidades nacionales y recordó la alta heterogeneidad de los países de la región.
“Este año, 16 países de la región, es decir casi la mitad, no habrán recuperado el nivel del PIB que tenían antes de la pandemia”, recalcó Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.
Titelman también indicó que la disminución de la actividad económica ha frenado la recuperación de los mercados laborales, en especial para las mujeres, cuyo desempleo este año llegará a 11,6% este año, superior al 9,5% de 2021.
El informe de la CEPAL explica el bajo crecimiento y el incremento de la inflación mundial como el resultado de una serie de crisis exacerbadas por la guerra en Ucrania, que ha causado tensiones geopolíticas, menor crecimiento económico global, menor disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de la energía que, a su vez, han impulsado la inflación que se vivía a causa del impacto de la pandemia de COVID-19.
El secretario ejecutivo interino de la Comisión señaló que a esta situación se agrega la caída la inversión y las crecientes demandas sociales, planteando grandes desafíos para la política macroeconómica, que debe conciliar medidas que impulsen la reactivación con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas.
“Esta suma acumulada de eventos requiere repensar la parte económica”, dijo Mario Cimoli, y abundó que se precisa una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, al tiempo que enfrentan la dinámica inflacionaria.
La inflación, que ha alcanzado un promedio regional de 8,4%, ha llevado a los bancos centrales a subir las tasas de interés y a reducir los agregados monetarios para controlarla. Sin embargo, la política monetaria por sí sola puede generar una recesión, alertó Cimoli.
Falta de inversión
Al respecto, el informe enfatizó que más allá de la dinámica del ciclo económico, el bajo crecimiento de la inversión en las últimas tres décadas se ha transformado en una limitante estructural del desarrollo, por lo que es crucial reactivar la dinámica de inversión para un crecimiento sostenible e inclusivo.
“La inversión es el puente entre el corto y mediano plazo y es esencial para hacer frente al cambio climático”, afirma el texto.
El estudio refiere que entre 1951 y 1979 la inversión creció en promedio un 5,9% anual, mientras que entre 1990 y 2021 esa cifra llegó apenas a un 2,9% anual.
En este contexto, la CEPAL urge a aumentar la inversión en América Latina y el Caribe, subrayando que en 2021 se ubicó en los niveles más bajos con respecto a otras regiones.
Argumenta que para tal propósito es necesaria una mayor coordinación entre la política fiscal, monetaria y cambiaria y aprovechar el conjunto de herramientas del que disponen las autoridades a fin de no subordinar el crecimiento y la inversión a la política antinflacionaria.
Además, los esfuerzos macroeconómicos deben ser complementados por políticas industriales, comerciales, sociales y la economía del cuidado, añade.
La CEPAL considera que, si bien una parte importante del financiamiento para incrementar la inversión debe provenir de la movilización de recursos internos, la cooperación internacional es muy importante en el proceso. “Por ello, la asistencia oficial para el desarrollo y el financiamiento de instituciones financieras globales y de los bancos de desarrollo deben incrementarse de manera significativa”, puntualiza.
“Si no aumenta la inversión no aumentará el empleo ni se reducirán la informalidad y la desigualdad. Hace falta inversión que genera trabajos de calidad. Todas las medidas que se tomen serán un paliativo si no aumenta la inversión”, advirtió Cimoli.