Inmadurez, indolencia y majadería: descripción del gobierno nacional
Cualquier ciudadano del mundo al que le haya tocado vivir este preciso momento sabe que es de los más difíciles y desconcertantes de la historia: lo del virus, el murciélago, la cuarentena, el encierro, el teletrabajo, los tapabocas y demás situaciones extrañas que ha traído consigo la pandemia, son simplemente de no creer ni aquí, ni en Nueva York, ni en Sídney, ni en Wuhan, ni en ningún otro lugar del globo terráqueo.
«Pareciéramos embarcados en una máquina del tiempo empeñada en viajar al pasado y cuya tripulación -empezando por el piloto- conduce un artefacto que considera de juguete, sin valor ni importancia»
Sin embargo, por extraño que se vislumbre el panorama en cualquiera de esos sitios, en ninguno es tan inverosímil, inaudito y desconsolador como en el país del sagrado corazón, donde aparte del bendito virus, pareciéramos embarcados en una máquina del tiempo empeñada en viajar al pasado y cuya tripulación -empezando por el piloto- conduce un artefacto que considera de juguete, sin valor ni importancia, el cual estrella contra todo lo que se encuentra en el paso, haciendo oídos sordos al sufrimiento de sus pasajeros.
Pobre pueblo colombiano, a la deriva y en manos de seres tan absolutamente inmaduros y pusilánimes que anteponen sus intereses personales al bien de la patria y que, con tal de no asumir con gallardía las consecuencias de sus actos, son capaces de inventar excusas tan ridículas que rayan en la ofensa (como que alguien se autolesionó de tal forma dentro de un CAI que terminó muerto o que una bala que le voló los sesos a otra persona fue producto de un rebote en el asfalto). Mucho nos quejamos de los valores de las generaciones actuales, pero este tipo de actitudes no reflejan otra cosa de una formación carente de principios, donde todo vale por salvar el pellejo aún a sabiendas de que nadie cree una palabra de lo que se dice.
Y no se trata solo de la actitud reprochable del que daña al otro y, no contento con eso, lo culpa y lo revictimiza, sino de sus superiores que, en vez de darle un castigo ejemplar al agresor para evitar que este tipo de conductas se repliquen, se burlan socarronamente del dolor causado enalteciéndolo públicamente (cuales adolescentes matoneadores), empleando incluso disfraces, de manera que el mensaje de “su tragedia nos causa risa”, quede bien claro.
Pero, ¿qué se puede esperar de un gobierno que ha demostrado lo reducido de su edad mental no solo al momento de tomar decisiones trascendentales para el país, sino a la hora de referirse al rumbo que este ha tomado desde su llegada al poder, si miente de la manera más descarada con respecto a sus posiciones y le muestra a la comunidad internacional una Colombia que existe solamente en su mente y habla sin el menor sonrojo de proteger los páramos mientras hace todo lo posible con acabar con ellos?
«Acabando con la esperanza de un pueblo que no ve la hora de terminar con una guerra que parece eterna y que no hace mucho alcanzó a pensar que estaba a punto de acabarse»
Ni qué decir de la majadería con la que ha tratado un tema tan trascendental como la paz, acabando con la esperanza de un pueblo que no ve la hora de terminar con una guerra que parece eterna y que no hace mucho alcanzó a pensar que estaba a punto de acabarse. Lastimosamente, esto no es más que otro de los juegos de los niños caprichosos que están en el poder.
“Si hay un idiota en el poder, es porque quienes lo eligieron están bien representados”
Compinchero, amañado y falto de ética; así podría definirse el gobierno actual. La representación de la ineptitud y el descaro y la prueba fehaciente de que las decisiones erradas de unos cuantos pueden salir muy costosas, más aún cuando hay muchos empeñados todavía en no reconocer las deficiencias tan significativas del estilo de mandato actual del país, solo por defender un partido político y, con ello, mostrar su afinidad con las características de los personajes arriba descritos. Bien lo decía Gandhi: “Si hay un idiota en el poder, es porque quienes lo eligieron están bien representados”.