Tumaqueños marchan contra de la guerra, la indiferencia y las promesas incumplidas
#TumacoNoAguantaMás y por esto se moviliza este viernes desde las 8:00 de la mañana para exigir que Colombia se volteé a mirar a una población con las plagas más despreciables de nuestra sociedad: narcotráfico, corrupción, desempleo y abandono.
Desde campesinos, amas de casa y hasta estudiantes se organizaron junto con grupos municipales y de atención de los derechos humanos para alzar la voz ante un aumento de la violencia y el conflicto armado del país. Esta región dice ser poco atendida y hasta irrespetada por los gobernantes quienes no dan importancia al impacto de los problemas en la zona.
Alias Guacho, las Guerrillas Unidas del Pacífico y la indiferencia son los tres verdugos de los oriundos de Tumaco y la población ya no aguanta más golpes, por lo que además de marchar por la vida, la paz y la justicia, utilizarán la etiqueta para colocar tendencia en Internet y llamar la atención de la comunidad internacional.
Por medio del decreto 0836 de 2018, la alcaldía ordenó que este viernes es día cívico en la localidad para «facilitar a la comunidad tumaqueña su participación a las diferentes actividades que se han programado para ese día, en fomento de la paz, igualdad, seguridad y vida de los habitantes y visitantes».
Por ende Tumaco y los suyos no tendrán actividades laborales ni educativas en las instituciones públicas. Pobladores pedirán al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que adopte medidas necesarias pero desde el propio territorio porque, las venidas desde la capital resultan ser “paños de agua tibia” según declaraciones del obispo de la región, Monseñor Orlando Olave.
«Las balas a veces nos han impedido escucharnos, es hora de escucharnos para ver qué es lo que cada uno quiere decir y lo que quiere aportar”, expresó el presbítero. Olave sostuvo que razones para marchar a miles.
«Tenemos un abandono histórico enorme que tiene una deuda social con el municipio. Tenemos las necesidades es básicas insatisfechas, casi del 50 %. En muchos municipios hay cobertura del agua potable del 10%. Tenemos hospitales que se empezaron a hacer hace años y ahí están parados porque se robaron la plata. Hay niveles de pobreza terribles, niveles de desempleo de hasta el 60%”, denunció Monseñor Olave.
Además, los problemas empeoraron con la confrontación de grupos armados luchando por el territorio, donde por un kilo de cacao el gobierno le da 1,7 dólares al campesino, mientras que por la hoja de coca reciben mucho más y de paso se la compran justo donde la cosechan, el cacao deben transportarlo y gastar en producción.
FUENTE: EL ESPECTADOR