Estado, Acuerdo y paz: Santrich habló desde prisión
La extradición de Jesús Santrich luego de lograr la firma en La Habana, tiene paralizado el proceso de Paz o por lo menos su lado más burocrático. Desde La Picota donde se encuantra detenido el ex guerrillero, asegura que morirá de hambre antes de “ser juzgado por los yanqui”.
“Son muchos los enemigos de la paz, no sólo fuera de la institucionalidad, sino también dentro de ella. El interés es el fracaso del proceso. No cumplir con compromisos de tanto significado, como el de la reforma rural integral o el de la reforma política, por ejemplo, y en eso hay implicados grandes terratenientes y grupos de poder claramente identificables en partidos políticos como el Centro Democrático, el llamado uribismo en general y el mismo Cambio Radical”, explicó Santrich.
Además, denunció que el mismo fiscal general, Néstor Humberto Martínez es un eco de las voces de odio en contra de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido político con el que los ex paramilitares quiero mantenerse en la política colombiana.
“Yo no tengo procesos en Colombia sobre esta materia, ni hubo solicitud formal de extradición en el momento de mi captura, lo cual tenía que pasar por los canales de la JEP”, dijo refiriéndose a la Justicia Especial de Paz, y aclarando que si estuviera siendo acusado y detenido por esta vía él no tuviera queja. Sin embargo asegura que en su caso “el poder omnímodo de la embajada estadounidense en Colombia” quien da las órdenes.
“Mi relación con Marlon Marín se da por el impulso que supuestamente venía él haciendo de los proyectos productivos, al lado del doctor Carlos Simancas, desde el Ministerio del Postconflicto”, sostuvo Santrich. El ex combatiente afirmó que Marín le presentó a mucha gente con la excusa que estos querían invertir en suelo colombiano para crear haciendas “econativas”.
Por otro lado, Santrich sentenció las acusaciones de que cómo era posible que un narco mexicano entrara en contacto con él y lo increíble que resulta para la colectividad que él no lo supiera y lo considerara un empresario. “A nadie conozco como capo, no tengo esa información, y si a mí me resultó creíble que el Gobierno quiso hacer un acuerdo de paz, no me pareció increíble que otra gente en el orbe quisiera apoyarlo, como en efecto se ha visto durante el curso de la implementación”, refutó desde la prisión.
Luego acusó al fiscal de montar “toda una película” con este encuentro debido a que el sujeto pasó por controles policiales y nadie supo de quién se trataba. “No tengo yo, ni ningún colombiano del común, manera de verificar los antecedentes de nuestros interlocutores”, subrayó.
Santrich señaló que ha advertido de un desconocimiento y burla a lo firmado en Cuba y llamó a sus compañeros a tomar rutas que no hagan que la derrota toque la puerta y se quede. “La prueba de fuego no es mi captura, sino la debacle en la que se encuentra el cumplimiento del Acuerdo por parte no del Gobierno, sino del conjunto del Estado. Valga recordar que este no era un compromiso de Santos sino un compromiso de Estado”, finalizó.
FUENTE: EL ESPECTADOR