¿Cuál es la importancia del cuidado de la piel? Estos son los pasos que no debes saltarte
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Hablamos de cremas, sérums, tratamientos antiaging y demás parafernalia cosmética como si se tratara de algo frívolo a veces, o prescindible. Sin embargo, cuidar la piel -empezando por la limpieza- es el primer paso para tenerla saludable.
Porque lo que parece ‘solo’ estética es mucho más: es mimar el órgano más grande del organismo, la barrera primera que nos defiende de los daños exteriores, como la polución, sin ir más lejos.
“Conocer tu piel y saber cuidarla debería ser el mantra de todas. Limpiarla, hidratarla y nutrirla las tres reglas de oro. Sin eso tu piel jamás será tan bonita como podría”. Son palabras de Inmaculada Serrano, propietaria de un centro de estética en Almería.
Cuál es la importancia del cuidado de la piel
La piel protege todo el cuerpo y es indispensable para que tengamos la temperatura adecuada. Sin ella nos perderíamos uno de los sentidos más placenteros, el del tacto. Dejarla de lado u olvidarla no es factible. Su cuidado debe de ser una de nuestras prioridades para que, en definitiva, nos cuidemos a nosotras mismas.
En la introducción de su libro ‘Piel sana in corpore sano’ (Grijalbo), la doctora Andrea Combalia especifica que la piel no es solo un envoltorio. Además de controlar la temperatura corporal, “evita que nos deshidratemos e impide el paso de agentes patógenos (virus y bacterias), toxinas, radiaciones y alérgenos a nuestro interior”, cuenta la dermatóloga.
Seguimos enumerando los ‘valores’ de la piel: a través de ella sentimos y conectamos con el mundo exterior, recibimos estímulos a través del tacto. Incluso hay hormonas que se sintetizan en la piel, porque tiene una función endocrina.
¿Más razones para cuidarla? “La piel está estrechamente vinculada al sistema nervioso y al inmunitario, por lo que, a través de ella, se refleja lo que ocurre en el interior; además de que su estado puede ejercer un impacto significativo sobre la autoestima”, refuerza la idea Combalia.
El cuidado de la piel: conoce la tuya
Lo primero que tenemos que saber es el tipo de piel que tenemos. Inmaculada Serrano, propietaria de un centro de estética en Almería y tiene claro que saber cómo es tu piel puede ayudarte mucho más de lo que crees: “Si no sabes qué tipo de productos usar puedes equivocarte, lo que podría hacer que usaras una crema que te hiciera, justo, el efecto contrario. No se puede usar una crema para pieles grasas si tu piel es seca. Desregulas el pH de la piel. Y eso, después, es más complicado de sanear”
Piel seca. Tenderás a tener la piel sin hidratación. Necesitas regular el agua de tu piel para que luzca bonita. Será recomendable que no pases ni un día sin tu crema hidratante.
Piel grasa. Esa sensación aceitosa es la que te desespera, pero si usas productos específicos para tu tipo de piel podrás ir regulando ese exceso de sebo que te trae por la calle de la amargura. Más dedicación pero idénticos resultados si eres constante.
Piel mixta. La mejor recomendación es que localices qué partes de tu cuerpo son grasas y cuáles secas porque, amiga, tienes la suerte de tenerlo todo. Tienes dos opciones: elegir el tipo de productos específicos para cada zona de tu piel, cambiando conforme trates una u otra zona o preocuparte en elegir una crema lo suficientemente inocua para que no altere tu pH pero te hidrate lo suficiente y no provoque más grasa.
Piel sensible. Todo lo que es delicado requiere un cuidado específico. Así que si tu piel es de las raritas que reaccionan ante cualquier comportamiento, usa cremas específicas para pieles delicadas. Te ahorrarás muchos disgustos.
Da igual el tipo que tengas de piel. Hay una rutina a la que no podrás escapar y que es la indispensable para que tu piel esté tan cuidada como necesita. Son las claves de que todo funcione.