Dua Lipa en Chile 2025: una noche que confirmó que el futuro del pop está en buenas manos
NOTI-AMERICA.COM | CHILE
El 12 de noviembre, el Estadio Nacional volvió a convertirse en un templo del pop.
Dua Lipa, en la segunda de sus dos noches en Chile, ofreció un espectáculo que no solo ratificó su estatus como una de las artistas más potentes de su generación, sino que también dejó claro que su dominio escénico está entrando en una nueva era: más segura, más física y más explosiva que nunca.
Un inicio electrizante
Desde el primer minuto, la energía se sintió diferente. «Training Season» abrió la jornada como una declaración de intenciones: pulso acelerado, coreografías afiladas y una banda perfectamente alineada con el magnetismo de la británica. El Estadio Nacional respondió de inmediato, vibrando desde los primeros compases. La transición hacia «End of an Era» y «Break My Heart» levantó aún más la temperatura; el lugar completo se transformó en una pista bailable sin descanso, con Dua en control absoluto del ritmo emocional del público.
Con «One Kiss», el Estadio se iluminó en un espectáculo espontáneo de celulares y voces que cantaban sin pausa. Fue uno de esos momentos en que la multitud respira como un solo organismo. Luego vino la dupla de «Whatcha Doing» y «Levitating», que empujó a miles a saltar como si la noche recién comenzara. Cada golpe de bajo era correspondido por una ola de euforia colectiva.
La sorpresa de la noche
El punto más emotivo llegó con el esperado “momento chileno”: «El Duelo», homenaje a La Ley, interpretado con respeto, convicción y una estética minimalista que dejó espacio para que el coro del Nacional hiciera lo suyo.
La ovación fue inmediata, larga y contundente. Un gesto que selló la conexión entre Dua y el público local.
El pop nunca morirá
La recta final del show entró con fuerza renovada: «Physical» convirtió el estadio en un gimnasio pop gigante; Love Again bajó los pulsos para subir la emoción y «Be the One» reencantó a los fans que la acompañan desde sus primeros años. Pero nada se comparó al estallido que provocó «Don’t Start Now», un verdadero peak de la noche, donde el funk, el bajo y la euforia compartida hicieron del Nacional una discoteque de 50 mil personas.
Finalmente, «Houdini» cerró el concierto con un remate eléctrico, veloz y luminoso, como si Dua invitara a levitar junto a ella en este nuevo ciclo.
La sensación final fue unánime: un concierto electrizante, motivado y preciso, que reafirma que el futuro del pop está en manos sólidas —y que en Santiago, Dua Lipa encontró un público listo para seguirla donde vaya.
