¿Por qué la comida de mamá siempre sabe mejor? La ciencia tiene la respuesta
NOTI-AMERICA.COM | CHILE
Un curioso fenómeno psicológico, conocido como saciedad sensorial específica, explica por qué los alimentos que no preparamos nosotros mismos nos resultan más apetitosos. La constante manipulación de los ingredientes y la exposición a sus olores durante la preparación disminuyen nuestro apetito antes del primer bocado.
¿Alguna vez te ha pasado que, tras pasar un buen rato en la cocina preparando con esmero una comida para tu familia, tu propio apetito parece desvanecerse en el aire? No es tu imaginación, y la ciencia respalda esta experiencia. Un principio bien documentado en psicología explica que los sándwiches, y en realidad cualquier platillo, a menudo saben mejor cuando son preparados por otra persona. Este efecto se debe a un proceso mental que nos «llena» antes de que siquiera probemos la comida.
El término científico para este fenómeno es «saciedad sensorial específica». Esto significa que nuestra percepción del placer que nos puede proporcionar un alimento disminuye a medida que nos exponemos a sus estímulos sensoriales, como el olor y la vista, durante un período prolongado. Al estar en contacto directo con los ingredientes, cortando, mezclando y cocinando, nuestro cerebro se va habituando a ellos, lo que reduce la novedad y, por ende, el deseo de consumirlos una vez que el plato está listo.
Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon han estudiado este comportamiento. Según sus hallazgos, el simple hecho de imaginar el proceso de comer un alimento repetidamente puede hacer que se consuma menos cantidad de este. El reconocido psicólogo y premio Nobel, Daniel Kahneman, lo explica de una manera sencilla: «Cuando haces tu propio sándwich, anticipas su sabor mientras trabajas en él. Y cuando piensas en una comida en particular por un tiempo, te vuelves menos hambriento por ella más tarde». En esencia, el sándwich que prepara otro no ha sido «preconsumido» por nuestra mente.
Así que la próxima vez que sientas que la comida de un amigo o de un restaurante tiene un sabor especial, no se trata solo de la habilidad del cocinero. Es muy probable que estés experimentando la gratificante novedad de un plato en el que no invertiste tiempo de preparación.
