Beetlejuice: la secuela de Tim Burton “supera al original en casi todos los aspectos”
NOTI-AMERICA.COM | CHILE
Betelgeuse regresa de la muerte. O, mejor dicho, Betelgeuse sigue muerto, pero está de vuelta, de todos modos. Sorprendentemente, han pasado 36 años desde que el Beetlejuice de Tim Burton presentó al depravado y endiablado personaje interpretado por Michael Keaton.
Pero Hollywood, siendo Hollywood, no podía permitir que esa propiedad intelectual permaneciera enterrada en el descanso eterno. Así que Burton ha dirigido una secuela, Beetlejuice Beetlejuice, que fue la película que inauguró el Festival de Cine de Venecia este año.
No puedo decir que mis expectativas fueran muy altas; después de todo, la última vez que una comedia sobrenatural de los 1980 tuvo una secuela tras décadas de espera, el resultado decepcionante fue Ghostbusters: El legado.
La sorpresa más agradable es que Beetlejuice Beetlejuice es uno de esos raros objetos: una comedia de alto presupuesto que realmente es cómica. El libreto de Alfred Gough y Miles Millar está repleto de diálogos graciosos, y los chistes visuales de Burton logran ser divertidísimos aun cuando sobrepasan el límite de la macabra excentricidad que puede alcanzar un éxito taquillero de Hollywood.
Un aspecto clave es que, en lugar de depender de imágenes generadas por computador (CGI), Burton utiliza efectos prácticos como marionetas, prótesis y toneladas de baba viscosa que hacen que los chistes sean más graciosos y más repugnantes.
De manera que es un alivio poder reportar que Beetlejuice Beetlejuice se parece a una versión más rara, cruenta y totalmente más babosa de Top Gun: Maverick. En otras palabras, es una secuela que llega después de una espera de 36 años, que rinde un tributo inteligente y afectuoso a su predecesora, pero a la vez supera a ésta en casi todos los aspectos.
Obviamente, es muy útil que Keaton estuvo recubierto de un maquillaje de cadáver en la primera película, así que su Betelgeuse se ve hoy muy parecido a como se vio en 1988.