Fiestas de la Primavera: Un repaso histórico al tradicional evento del siglo XX que regresa este 2024 a la Universidad de Chile
NOTI-AMERICA.COM | CHILE
Con el objetivo de fomentar los diferentes espacios culturales en el país, el año 1913 se gestó la primera versión de las Fiestas de la Primavera a cargo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH). Por la fecha, el país vio sus calles repletas de muestras artísticas, las que prometen volver este año de la mano de una renovada Fiesta de la Primavera Cultural en el Campus Juan Gómez Millas.
El año 2023 se cumplieron cien años desde la primera Fiesta de la Primavera. Es justamente desde esa fecha y hace cien años atrás, que Chile celebró su primer centenario de Independencia. Con ánimo festivo y numerosas celebraciones públicas, este evento vio reflejado en sí, el carácter performático de una sociedad en ascenso y que pronto manifestaría su veta público-cultural por las calles del país.
Cuando hablamos de estas fiestas, urge comprender el contexto político y social que vivía Chile durante las primeras décadas del siglo XX. Soledad Falabella, historiadora, las define como un «espéculo» de la sociabilidad nacional, un lugar donde se construye la nación que está cumpliendo 100 años. Describe que tienen como antecedente las fiestas religiosas y los ritos políticos coloniales, tales como las fiestas por las llegadas de nuevas autoridades. “Sor Juana estuvo a cargo de ‘Los arcos triunfales’ para recibir los nuevos virreyes, por ejemplo, también están las procesiones de cofradías religiosas, los bailes chinos, el carnaval, las paradas militares, entre otras”, explica.
Es esa variedad común la que se expresó en estas fiestas lo que se vincula al aspecto performático de la época y lo que denomina la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades, como una construcción de la “comunidad imaginada” que constituía la nación de Chile, la que “se contempla a sí misma a través de una lente ‘adulta’, que ya había cumplido cien años, como una mayoría de edad. Hay un entusiasmo comunitario de celebrar lo ya logrado, sembrado durante el transcurso del pasado y de tomar contacto con la fecundidad y entusiasmo del momento”, recalca.
Fiestas estudiantiles, sensaciones y colores
Durante los primeros años de acción de la FECH, el organismo estudiantil definió una serie de acciones vinculadas a su trabajo en la universidad y los territorios. Uno de los principales aspectos fue la cultura. A través de diferentes líneas temáticas, surgieron las fiestas de la primavera, que años más tarde se convertirían en el centro de la dinámica social de las calles del país.
A través de desfiles sensacionales que consideraron la participación de miles de asistentes y participantes, este magno evento, cada año sumaba más adherentes y a su vez, instancias recreativas que demostraban el lado más performático, que explica la profesora Falabella.
Para adentrarse en la historia de las fiestas de la primavera, es requisito fundamental revisar los recortes de prensa de la época y navegar por las páginas e historia que guardan las revistas o periódicos, tales como Zig-Zag o El Mercurio, medios de comunicación que hoy nos permiten reconstruir parte de la historia narrada en el presente artículo.
Disfraces, festividades y beneficencia
“Las calles centrales se vieron ayer en la mañana bastante concurridas por jóvenes y niñas que vestían los más variados disfraces. En la Plaza de Armas se congregó una concurrencia tan numerosa que hacía difícil el paseo. Alumnas del Instituto Pedagógico se dedicaron a vender flores y pequeños chiches a beneficio”, describen los recortes de prensa del día domingo 19 de octubre de 1915 en El Mercurio.
A través de distintas acciones, esta festividad logró abarcar diversas acciones, entre las cuales se encuentra la visita a hospitales y labores sociales. “La caravana bulliciosa llevó también su grito de alegría al lecho del hospital, y en bulliciosa comparsa fueron a tender su mano de juventud festiva al desgraciado enfermo. Los jóvenes disfrazados se distribuyeron después por las calles del centro llenando de alegría el ambiente con sus ademanes ingeniosos y con sus modales picarescos”.
Estudiantes chilenos celebrando la alegría de la vida, así también lo describieron los matutinos. Según relata G. Alemán-Bolaños en la revista Zig-Zag del número 558, del 30 de octubre de 1915, “Pocas veces ha presenciado Santiago una animación igual a la del sábado próximo anterior, que fue un día de locuras y extravagancias y de felicidad”.
No solo algarabía por la fiesta existió por esos años. También, resalta el espíritu benéfico que trajo consigo este evento. Según cita la prensa de la época, una de las acciones destacadas fue la botica popular, que hoy conocemos –popularmente- como farmacias populares. “A las 2 de la tarde se efectuó en la Avenida Independencia n°1441, la apertura de una botica que los estudiantes de Farmacia han fundado para las clases menesterosas. Algunos estudiantes vestían vistosos disfraces, y procedieron a repartir los remedios, agotándose la existencia en cortos momentos”, relatan.
Resaltando el entusiasmo juvenil, las fiestas de la primera se convirtieron años más tarde en una fiesta tradicional a nivel nacional, en donde desfiles acompañaron esta alegría con que se recibía la estación primaveral. “La sana alegría con que la juventud estudiosa ha comenzado a participar de las fiestas, contamina ya al carácter retraído de los habitantes de la ciudad que celebran sin reservas las ocurrencias estudiantiles”, describe El Mercurio el día 20 de octubre de 1917.
Sumado a este carácter propio del evento, también destacan las alianzas que en ese entonces la FECH logró articular a nivel internacional en el continente. Cita el matutino: “Como estaba anunciado, ayer a las 6 de la tarde tuvo lugar en el Salón Central de la Universidad de Chile, la
recepción oficial por parte de la Federación de Estudiantes de los delegados de la juventud estudiosa de los países amigos a las fiestas de la primavera”.
En tanto, los encuentros no solo se dieron cita en salones universitarios. Las calles y los teatros fueron parte del ritual performático. Ejemplo de ello, lo dicta la prensa. “Uno de los números más atrayentes de la Fiesta de los estudiantes, ha sido, sin duda, la velada bufa realizada anoche en el Teatro Municipal. El Teatro se veía completamente ocupado en la totalidad de sus localidades, y era tal la concurrencia de espectadores, que todos los pasillos de las diversas secciones, como, asimismo, todos los halls, estaban desbordantes de caballeros y jóvenes que solo habían alcanzado a tomar entrada general”.
Un año más tarde, El Mercurio retrataba nuevamente en sus planas el espíritu de los encuentros juveniles organizados por la FECH. Con fecha 19 de octubre de 1918, los reporteros indicaban: “El público de la capital se ha entregado con vivo entusiasmo a participar del regocijo de los círculos estudiantiles con motivo de las Fiestas de la Primavera”.
Tal era el nivel de producción alcanzada en estas fiestas, que gran parte de la sociedad asistía a observar las majestuosas obras preparadas por los participantes. “Desde algunas horas antes de mediodía, nuestras calles centrales se vieron animadas de extraordinaria alegría con el paso de miles de enmascarados que, aislados o en comparsas, a pie o en carruajes distraían a los transeúntes con sus trajes carnavalescos y sus espontáneas risas y cantares”, cita El Mercurio con fecha 16 de octubre de 1921.
En el mismo número, se resaltaba la importancia de “la matinée estudiantil, la aglomeración de enmascarados en calles y paseos, el desfile histórico en el Parque Cousiño, el paso de la alegre farándula y el baile de la noche en el Club Hípico. Cada uno de esos números ha alcanzado un
extraordinario éxito y el público ha contribuido con su asistencia y entusiasmo al desarrollo del hermoso programa estudiantil, que ha dejado prendido en el ánimo de los espectadores un alegre y duradero recuerdo”.
Las fiestas sociales también incluyeron paseos de disfraces por las calles de la Alameda central. Tal fue su impacto, que la prensa anunciaba previamente la realización de este tipo de encuentros. “La variedad de colores y el bullicio de las cornetas, clarines, murgas, chistes, etc., darán una nota de especial animación a la ciudad. A la hora del paseo se efectuará en la Plaza de Armas un gran festival de bandas y de murgas, lo que provocará la mayor alegría en los concurrentes. Además, a la misma hora, habrá juego de serpentinas y numerosas variedades”, relata El Mercurio el martes 17 de octubre de 1922.
Fiesta de la Primera con historia
Reconocer el impacto que tuvieron en su época las fiestas de la primavera, permite dimensionar el compromiso que manifestaron sus organizadores durante el siglo XX. Es bajo ese mismo ímpetu que este 2024 la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile rescata este legado y trae a la memoria la importancia que radica en torno a la cultura y la sociedad.
A través de un programa variado que incluye feria de libros, actividades variadas en el Campus Juan Gómez Millas, charlas sobre los Juegos Florales, talleres de arpilleras, lecturas poéticas y un cierre a cargo de la interpretación de la Cantata Santa María, la Plataforma Cultural del plantel se propone este gran desafío, revivir el espíritu que recibe con colores y relevos, la Fiesta de la Primavera Cultural.