Hombres, profesionales y de Santiago: así son los creadores de las propuestas ciudadanas para la nueva Constitución de Chile
NOTI-AMERICA.COM | CHILE – Los chilenos están en la recta final para apoyar algunas de las 1.309 propuestas ciudadanas que quieren que se discutan en el nuevo proceso constituyente. Las ideas y enmiendas presentadas por la sociedad civil que este viernes superen las 10.000 firmas deberán ser escuchadas y deliberadas por los 50 integrantes del Consejo Constitucional, controlado por los partidos políticos de derecha.
Son las llamadas Iniciativas Populares de Normas, que fueron impulsadas por un perfil bien definido: hombres (70%), profesionales (74%), de entre 45 y 55 años y de la Región Metropolitana de Santiago, según cifras de la Secretaría de Participación Ciudadana, el organismo encargado de ejecutar los mecanismos que involucran a las personas u organizaciones en el segundo intento del país sudamericano por enterrar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
Luego de tres semanas de campaña, las iniciativas que han logrado cruzar el umbral de los 10.000 apoyos necesarios son: Con mi plata no, protejamos nuestros ahorros previsionales, que busca garantizar la propiedad, heredabilidad y el derecho a elegir el destino de los fondos de pensiones; Chile por los Animales, donde se los define como seres dotados de sensibilidad que el Estado debe proteger; Respeto por las actividades que dan origen a la identidad chilena; Por un Estado sin ‘pitutos’ [enchufismo, nepotismo]; y Por una policía que nos proteja, que propone proteger a las Fuerzas Armadas y a las policías, reforzando el legítimo uso de la fuerza pública.
Una de las grandes críticas al primer proceso constitucional -que se desarrolló entre el 2021 y 2022 fue la lejanía de los temas de discusión con los problemas cotidianos de la población. Un 62% rechazó la propuesta final el pasado septiembre. Para los más contrarios existió una “radicalidad identitaria” y un “desprecio” a las tradiciones locales en el texto redactado por un organismo controlado por la izquierda y representantes independientes de movimientos sociales. Las iniciativas populares de normas más respetadas en este segundo intento se pueden interpretar como una respuesta a los fantasmas que dejó la propuesta anterior, que cambiaba profundamente la institucionalidad chilena.