Brasil ante Bélgica: Crónica de una final anunciada
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (Chile), 2 de julio.- Rodrigo Vargas O: Se anticipaba como un encuentro duro y complejo. Y lo fue. Brasil sacó sus cartas de campeón para contrarrestar a un México que apeló a ese juego que le dio tantos dividendos al derrotar a Alemania en primera fase, complicó al scratch en los primeeros 20 minutos. Cortó el circuito por las bandas, Rafa Márquez y Herrera lograron controlar las arremetidas de Paulinho del mismo Neymar y anular a Gabriel Jesús.
Pero los sudamericanos no estaban para pasar zozobras. Están con el cartel de favoritos y fue exactamente en la segunda parte que las aproximaciones hacia la portería de Ochoa (se fue transformando en figura), ante los embates brasileros, encabezados por Willian y claro por el histriónico Neymar.
El azteca Layún, ingresado en la segunda parte por Márquez, buscó la proyección del lateral, pero resintió la marca y no tuvo esa labor y claro Tite cargó el juego por su posición y no lo soportó.
La resistencia duró hasta el minuto 51, tras jugada iniciada por Neymar y finiquitada por el mismo en la boca del arco. Ochoa ya no podía sacar más.
Entrada la segunda parte la única claridad de México era el oxigenado pelo de “Chicharito” Hernández y el mismo Layún, pero de llegadas cada vez más esporádicas al arco de Allison.
Al final la rúbrica la puso Firminho y de paso su avance a la siguiente ronda y un paso más a la ansiada corona.
Bélgica ganó a lo Supercampeón
Para los millones de analistas de mundiales en el orbe esta llave tenía a los “Diablos Rojos” en la otra ronda. Japón parecía un trámite, más aún luego de los indignos últimos minutos de los nipones ante Polonia que le dieron el paso por sobre Senegal, por el contradictorio ítem de juego limpio.
Había que esperar entonces que Lukaku, Hazzard y compañía hicieran lo suyo, pero el fútbol a menudo y más en un Mundial nos entrega actuaciones como las de los orientales. En cinco minutos Haraguchi y Takashi Inui ponían la sorpresa. Un favorito quedaba al borde del abismo.
Pero la victoria belga vino desde la banca. Roberto Martínez apostó a su propio Pearl Harbor, sabía que la solidez defensiva japonesa había que atacarla por arriba. Lo hizo poniendo a Fellaini y buscando las orillas para centros que encontraron un afortunado cabezazo de Verthongen, a los 69’, y luego el mismo Fellaini,a los 74’, echaban por tierra las ilusiones niponas.
Sin embargo. Japón no renunció al ataque, Honda quemó las manos de Courtois casi al final y en vez de hacer tiempo y esperar un alargue inminente y por qué no decirlo deseable siguió en búsqueda del triunfo. Pero Bélgica no estaba para sorpresas y de contra revivieron la mejor escena de la serie japonesa los Supercampeones para que Chadli, también ingresado en la segunda parte, se vistiera de Oliver Aton y le diera en el minuto 94 el paso a cuartos para encontrarse con Brasil, en lo que muchos catalogan como una final anticipada.