El pasado día 14 de enero, el buque escuela Juan Sebastián de Elcano zarpó del puerto de Cádiz para iniciar su XCV Crucero de Instrucción.
En el muelle, superadas las restricciones de años anteriores por la pandemia, se agolpaba multitud de familiares de los miembros de la dotación y público en general, que deseaban contemplar la partida de un buque que forma parte de la historia y del paisaje gaditano.
Los marineros del buque escuela Juan Sebastián de Elcano subieron a los palos para saludar a las autoridades, oficiales generales. La agrupación de música del Tercio Sur tocó la melodía del “Gato montés”, a bordo del citado buque que surca, en estos momentos, por aguas del océano Atlántico rumbo a Río de Janeiro, para seguir haciendo escalas en los puertos de Buenos Aires, Punta Arenas, El Callao, Cartagena de Indias, Puerto León, Pensacola, Nueva York y Marín donde, el 12 de julio, y tras medio año de navegación, finalizará para los alumnos el Crucero de Instrucción. Desde allí el buque pondrá proa rumbo a Cádiz para regresar a su base en La Carraca, el próximo 21 de julio.
Uno de los buques más importantes (parte de las fuerzas de acción marítima de la Flota, responsable de la acción del Estado en aguas españolas) y que permanece en un segundo plano, es El Tofiño, que acompañó a la salida del Juan Sebastián de Elcano en la bahía de Cádiz.
Este buque hidrográfico tiene por función actualizar la cartografía náutica oficial del Estado español. Se encarga de las mediciones de la orografía del mar, lo que se conoce por batimetría. José Antonio Candón Rodríguez, teniente coronel-segundo comandante del buque hidrográfico contó, en exclusiva a Atalayar, que elaboran cartografía náutica para garantizar la seguridad en la navegación del resto de los buques tanto de la Armada, como de la pesca, civiles y deportivos. Hay zonas de la costa española que se han de actualizar por lo que se establecen unas comisiones que se despliegan en las zonas de levantamientos batimétricos. Una vez obtenida la imagen acústica del fondo, los datos batimétricos se trasladan a la carta náutica. Según explicó Candón Rodríguez, se observa que la orografía va modificándose y gracias a una tecnología muy puntera (sistemas fondeadores) para sondar el mar, “podemos elaborar una imagen acústica del fondo cada vez más precisa y ahora aparecen cosas que anteriormente no han sido detectadas (barcos hundidos, piedras)”, apuntó el teniente coronel-segundo comandante de El Tofiño.
Además de su dotación, un total de 74 guardiamarinas que forman las promociones 425 del Cuerpo General de la Armada y 155 del Cuerpo de Infantería de Marina, han embarcado en el Juan Sebastián de Elcano, en su condición de alumnos de la Escuela Naval Militar. Por tanto, un total de 241 marineros navegarán más de 18.000 millas en los 143 días de mar previstos, para disfrutar de estancias en puerto otros 41 días. Los 94 cruceros anteriores han evidenciado que un viaje como éste sigue siendo un hito personal y profesional incomparable en la formación de los futuros oficiales de la Armada.
La ceremonia de despedida fue presidida por el almirante general, jefe de Estado Mayor de la Armada, Antonio Martorell Lacave y contó con la asistencia distintas autoridades civiles y militares.
Carmen Chamorro García, directiva del CIP y ACPE.
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