La relatora especial de la ONU sobre los Derechos Humanos de desplazados internos concluyó el 18 de agosto una visita de cuatro días a El Salvador.
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La violencia social que afecta a El Salvador está obligando a muchas familias a abandonar sus hogares y huir hacia sitios más seguros. Para conocer de primera mano esta situación la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos humanos de desplazados internos, Cecilia Jiménez-Damary, realizó una visita oficial al país.
Entre sus apreciaciones preliminares Jiménez señaló la falta de medidas decisivas contra la ‘tragedia oculta’ de los que huyen de la violencia de las pandillas. Hasta el momento, esta ‘tragedia oculta’ como llama la relatora al desplazamiento forzado por violencia no es una realidad reconocida oficialmente en El Salvador.
Además de sostener reuniones con instancias estatales la experta de Naciones Unidas tuvo encuentros con organizaciones sociales y no gubernamentales que atienden a víctimas que sufren esta problemática.
En los primeros 7 meses del año, los registros llevados por la organización Cristosal, una organización no gubernamental de Derechos Humanos en San Salvado (capital), ya superaron los del 2016, un total de 53 casos que representan 265 víctimas. Sin embargo aclaran que muchas prefieren no denunciar ni buscar ayuda por temor a su seguridad.
Un informe divulgado por el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) estimó que 220 mil salvadoreños se encontraban en condición de desplazamiento forzado por violencia.
La relatora de la ONU reconoció el alarmante panorama del desplazamiento forzado interno en El Salvador y fue categórica al plantear que las víctimas de esta ‘epidemia invisible’, requieren la protección del Estado y que se les garantice sus derechos.