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Desde hace días se anunciaba que el puesto de Steve Bannon en la Casa Blanca, como jefe de estrategia del presidente de Donald Trump, pendía de un hilo después de meses de enfrentamientos con miembros del Ala Oeste. El hilo que unía al representante de la ‘derecha alternativa’ (alt-right) en la Administración Trump con el presidente se ha roto definitivamente.
Un mensaje de la secretaria de prensa Sarah Sanders a los medios estadounidenses lo confirmaba: «El director de gabinete John Kelly y Steve Bannon han acordado que hoy sea el último día de Steve. Estamos agradecidos por sus servicios y le deseamos lo mejor». El presidente se encuentra en Camp David, donde tiene previsto reunirse con el equipo de Seguridad Nacional.
Este es el cuarto miembro del gabinete de Trump que sale de la Casa Blanca en menos de un mes; un escenario caótico, por mucho que el presidente niegue la mayor. El pasado 21 de julio dimitió el entonces secretario de prensa, Sean Spicer; le siguió unos días más tarde el ex jefe de gabinete Reince Priebus. Y pocos días después fue cesado como director de comunicación Anthony Scaramucci, que estuvo en su puesto diez días y que, a su vez, fue origen de las otras dimisiones.
Un paso más para enderezar el Gabinete
En la ‘remodelación’ de la Casa Blanca, el general Kelly se ha erigido como una figura clave. Desde que aceptó el puesto el pasado 28 de julio, intenta tomar las riendas del gabinete e imponer el orden que falta. Incluida la decisión de prescindir de Bannon. Su marcha es la más relevante de todas. Entre otras razones porque el asesor era uno de los más influyentes de Trump -si quitamos a sus familiares-; llegó a sentarse durante unos meses en el Consejo de Seguridad Nacional . Y también, fue uno de los más contestado y polémicos por su vinculación con la derecha alternativa.
La elección de Bannon como jefe de estrategia provocó una avalancha de críticas por su supuesto racismo y antisemitismo -también se dice que ha influido en la propuesta del veto migratorio-. Una vez instalado en Washington, la relación con sus colegas del Gabinete no fue muy buena. Especialmente, con el yerno y asesor del presidente, Jared Kushner.
Bannon, de 63 años, se unió al equipo de Trump en campaña hace justo un año. Hasta entonces ejercía como presidente ejecutivo de la publicación on line Breitbart News, que él mismo definía como «plataforma alt-right’. Además el ex asesor ha sido acusado en múltiples ocasiones de antisemita.
La noticia de su salida se ha propagado como la pólvora entre los medios una hora antes de la confirmación oficial, cuando el diario The New York Times adelantaba que el presidente había admitido ante varios asesores que pretendía prescindir de Bannon, aunque todavía no tenía claro cómo y cuándo.
Según el diario, el asesor había presentado su dimisión el pasado 7 de agosto y se iba a anunciar esta semana. Los trágico incidentes en Charlottesville (Virginia) han retrasado, sin embargo, la comunicación oficial. La primera intervención pública del presidente, que no condenó a los grupos extremistas de neonazis, supremacistas blancos y el Ku Klux Klan, generó una oleada de críticas. Algunos asesores vieron en esa ambigua declaración -que volvió a repetirse dos días más tarde-, la influencia de Bannon.
Durante la incendiaria comparecencia en la Torre Trump de este martes en Nueva York, el presidente volvió a culpar a «ambas partes» de los disturbios violentos en la localidad. También acusó a la «izquierda alternativa» -que se oponía a la marcha ‘Unir a la derecha’- de violenta equiparándola con el grupo de neonazis y supremacistas blancos.
Trump no ha podido retenerlo más
En esta rueda de prensa improvisada, Trump dio muestras de que su confianza en el ex directivo de la publicación Breitbart se desmoronaba. O al menos que no podría retenerlo mucho más a su lado, como si no fuera una decisión exclusivamente de él. «Veremos qué pasa», respondió Trump a preguntas de los periodistas que le inquirían sobre el futuro de Bannon. Eso sí, el presidente hizo una defensa de su amigo. «Es un buen hombre. No es racista, puedo deciros eso», subrayó antes de zanjar el tema y volver a criticar a la ‘izquierda alternativa’.
Un día después vio la luz una entrevista de Bannon en la revista The American Prospect, en la que el ex asesor se refirió a la «batalla diaria» que tenía con otros miembros del gabinete -el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, el de Defensa, Jim Mattis, y el de Estado, Rex Tillerson- y cómo neutralizarlos. También mostró su oposición a la política del presidente en Corea del Norte. «No hay solución militar [para las amenazas nucleares de Corea del Norte], olvídalo».
Según las últimas informaciones, la publicacion ha informado de que Bannon volvió a Breitbart este viernes y presidió la reunión editorial de la tarde.
Bajo el título ‘el héroe populista vuelve a casa’, la plataforma del movimiento alt-right le dio la bienvenida por todo lo alto. «El movimiento populista-nacionalista es hoy mucho más fuerte», ha declarado el director Alex Marlow.
Por su parte, el presidente y consejero delegado de Breitbart, Larry Solov, ha destacado que con el regreso de Bannon va a «acelerar la expansión mundial» de la publicación online. «El cielo es el límite», apostilló Solov