Arthur Elias Primer latino reconocido por el Vaticano por motivar a las personas en México y a nivel Mundial
NOTI-AMERICA.COM (VENEZUELA)
Arthur Elias Primer latino reconocido por el Vaticano por motivar a las personas en México y a nivel Mundial
Arthur Elias hace más de diez años tomó la decisión de ser empresario y mostrar historias muy valiosas para motivar a las personas a superarse personalmente, actualmente está orgulloso de lo que ha construido, es un visionario y sigue una gran lucha por si mismo a pesar de todas las adversidades que la vida le ha puesto, logrando superarlas, siendo un hombre sencillo, humilde y que ahora está en la etapa de trascender, siendo una de pocas personas que ha demostrado que, con constancia para alcanzar los propósitos, metas, sueños e ideales.
En ese camino ha afrontado dificultades, pero también logros que hoy nos cuenta, entre ellos la Tota Pulchra del Vaticano reconoció su labor empresarial y sus contribuciones como un legado vivo a nivel mundial siendo de los primeros latinos en ser parte de su gran legado.
De manera muy natural emprendió su labor a corta edad, eso lo ha motivado en poder aportar un granito de arena en el día a día de las personas en México y el mundo. Los sacrificios más duros que él nos comenta son los de la mente, la constante evolución y flexibilidad de pensamiento para ver las cosas de otra forma y no pensar que hay un camino en línea recta para cumplir tu sueño, más bien ser resiliente y dejarte fluir para que el llegues a tu sueño, pero entendiendo que todo es un proceso de aprendizaje constante.
Motivando a los jóvenes a seguir sus sueños y metas en sus conferencias que ha impartido, comentando que para tener una empresa no necesitamos una carrera técnica o profesional, ni siquiera es requisito haber culminado el colegio; sin embargo, culminar todo lo anterior y más, sería lo mejor, pues una persona que funda una empresa no solo debe de tener el conocimiento necesario para gestionar la misma, sino también aprender paulatinamente, nunca dejar de hacerlo y, sobre todo, amar lo que hace.