Qué es el hambre emocional y cómo luchar contra ella
NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA–Vivimos en una sociedad en la que prima la inmediatez y en la que el descanso se penaliza, emergiendo como consecuencia el estrés, que no sólo afecta a nuestra salud mental, sino también a la forma en la que nos alimentamos. Por ello, el hambre emocional es cada vez más común, pues las emociones y nuestro estado de ánimo influyen en nuestra alimentación.
Para comenzar, es vital diferenciar entre lo que supone comer por tener apetito y tener hambre emocional, que es lo que ocurre a quienes tienen una carencia de estrategias de regulación emocional y encuentran en la comida una fórmula para auto regularse y para suprimir o evitar emociones o determinados estados de ánimo, tal y como explica Laura Jorge, Dietista-Nutricionista, fundadora y directora del centro de nutrición y psicología.
“Para diferenciar el hambre emocional del hambre que todos conocemos, también llamada «hambre real», es necesario tener en cuenta que la emocional suele venir de la mano de emociones desagradables como el cansancio o la falta de alicientes. Por otro lado, apetecen alimentos más específicos que suelen dar mucho placer a nivel mental, porque generan mucha más dopamina y serotonina, como es el caso de los ultra procesados”, asegura. “Una vez entra en juego el alimentación emocional, si no sabe gestionarse, puede conducir a la pérdida de control y producir indigestión, que irá después seguida de una gran culpa”, añade.
Blanca Torrado Marí, Psicóloga del Espacio Psiconutricion, indica que el hambre fisiológica suele aparecer de forma gradual y permite a quien la siente posponer la ingesta, mientras que el hambre emocional suele ser repentina, pues incluso después de estar saciados, sentimos que no podemos controlarlo. “En el hambre fisiológica vamos sintiendo la sensación de saciedad según vamos ingiriendo los alimentos, mientras que en el hambre emocional, podemos estar llenos físicamente, pero no llegamos a sentirnos saciados”,